Los niños y jóvenes que estudian en dicho lugar, reciben una atención especial por parte de los maestros.
Los profesores que laboran en la escuela especial deben de tener una vocación, capacidad y paciencia para poder trabajar con niños y jóvenes que tienen retardo mental, síndrome de Down, autismo y parálisis cerebral.
En la institución educativa, reciben a niños desde 4 años, en la sección de parvularia, luego son promovidos por edades, el ciclo I comprende desde 8 a 10 años, el ciclo ll de 11 a 13 años, el ciclo lll de 14 a 16 años y de 17 a 21 años se especializan en talleres.
Los talleres que brinda la escuela son de panadería, reciclaje de papel y creaciones en fomy y manualidades, con el fin de brindar un espacio para desarrollar las habilidades y destrezas, individuales de cada alumno.
Jaqueline Ramírez, es la encargada del taller de creaciones en fomy y manualidades, manifestando que: “El trabajo se les facilita a los jóvenes cada quien participa en su propio espacio, realizando lo que se les va indicando, no tienen ninguna dificultad para seguir indicaciones, cada uno con sus propias limitaciones, pero hay vamos”.
Las manualidades elaboradas son vendidas entre los mismos alumnos, visitantes, o en algunas ferias, para recaudar fondos para celebrarle a los cumpleañeros, comprar regalos para el día de la madre, del padre o del niño y a final de año realizan una despedida.
Salvador Soto Alegría, es el profesor de Educación Física, quien explicó que el deporte sirve como un canalizador de estrés y les permite la movilidad y destreza que necesitan los niños, “Realizan diferentes técnicas, lo que les permite moverse mucho mejor, además de prepararlos para los intramuros que realizarán a fin de mes”. En la escuela hay atletas que han participado en atletismo a nivel Internacional en Olimpiadas Especiales, Mónica Girón es una de ellas, quien fue a Grecia.
El trabajo de Ana Mirian Mancia, Psicóloga, es establecer un diagnóstico con los posibles niños que ingresen a la escuela para ver si pueden pertenecer a ella y apoyar a la familia, a los demás maestros y alumnos, manifestando que” “Siempre realizo un diagnóstico para corroborar que todos los requisitos para ingresar a la escuela”.
Las necesidades de la institución son materiales, debido a la falta de recursos económicos para poder solventar material en especial como papelería, material equipo de informática, entre otros. Aunque reciben un bono escolar del Ministerio de Educación este no es suficiente.
La escuela especial está ubicada a un costado del Estadio Oscar Quiteño de Santa Ana, con una población estudiantil de 170 alumnos en los turnos matutino y vespertino.
Por: Andrea Escobar.