El desencadenante de los ataques contra las representaciones estadounidense en Libia y Egipto fue una película filmada por un norteamericano. Pero estos disturbios pudieran tener otro trasfondo político.
Parecen imágenes salidas de una pesadilla: jóvenes libios arrastran el cuerpo del embajador Chris Stevens fuera del consulado estadounidense en llamas en Bengasi. En la noche del 11 de septiembre, islamistas egipcios izan una bandera negra sobre el muro de la embajada estadounidense en El Cairo: la misma utilizada por terroristas de Al Qaeda en Yemen.
Ataque al consulado de EE.UU. en Bengasi (12.09.2012)
El desencadenante de los ataques contra las representaciones estadounidense en Libia y Egipto fue una película filmada por un norteamericano en la que Mahoma, el profeta del islam, es representado como un hombre violento y adicto al sexo. Pero los disturbios también tienen un trasfondo político. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dijo que su país «no flaqueará» a la hora de conseguir que «se haga justicia para este acto terrible», pero subrayó que este «indignante» acto no quebrará los lazos con Trípoli.
El gobierno libio y el Parlamento, elegido recientemente, condenaron el ataque en Bengasi, al que calificaron de «crimen cobarde» y elogiaron los méritos del fallecido embajador Stevens. La condena también llegó de parte de los Hermanos Musulmanes de Egipto, la fracción más fuerte en el Parlamento y el partido de cuyas filas salió el presidente Mohamed Mursi, aunque en las primeras horas tras los disturbios se había mantenido en silencio.
Silencio inicial
En un mensaje en Twitter, la organización señaló que quienes quieran manifestarse contra la película provocadora sobre el islam colgada en Internet deben expresar su ira de forma pacífica. El presidente del partido de los Hermanos Musulmanes, Libertad y Justicia, Essam al Arian, en principio se pronunció no sobre los hechos de violencia, en los que se escribió el nombre de Osama bin Laden en los muros de la embajada en el vecindario de Garden City, sino sobre la cinta. «Rechazamos toda ofensa contra el profeta», aseguró Al Arian, según fue citado en los medios egipcios.
El presidente Mursi tampoco dijo nada por ahora, lo que fue criticado duramente por parte de los activistas del espectro liberal. Se preguntaban: «Mursi, ¿dónde estás?» y abrieron una discusión en la red social Twitter bajo el título «fracaso». Mientras, se daban a conocer reacciones de condena de la comunidad internacional: de la ONU, los propios EE.UU., Argentina, Brasil… El Gobierno de Túnez condenó los ataques, al tiempo que protestó contra la película.
Coptos temen represalias
«The Wall Street Journal» señala a un ciudadano estadounidense de 52 años, que habría juntado fondos de organizaciones judías, como autor del guión de la película, producida con pocos medios. En Egipto circula actualmente el rumor de que en la producción participaron también ciudadanos estadounidenses copto-ortodoxos de origen egipcio. La minoría cristiana en Egipto, que en el último año, tras la caída del presidente Hosni Mubarak, se ha quejado de una creciente discriminación, se siente dejada de lado. Los cristianos coptos tienen miedo de volver a convertirse en blanco de islamistas militantes.
Mientras la policía en la ciudad de Luxor desplegaba este miércoles unidades adicionales para proteger a arqueólogos estadounidenses de posibles ataques, Shaaban Hreido Bakir, un político comunal del Partido Wafd en Luxor, instó a que se le retire la ciudadanía a todos los coptos que ofendan al islam. Además consideró que el embajador estadounidense en Egipto debería ser enviado de vuelta a Washington porque el gobierno norteamericano no condenó explícitamente a la película, crítica con el islam. El partido Wafd, de gran tradición, no pertenece al espectro islamista, sino que se describe a sí mismo como liberal.
¿Reacción a la muerte de Abu Jahja al Libi?
Aún se duda sobre quién incitó a los jóvenes a atacar a los diplomáticos estadounidenses. Desde hace semanas que había extractos del film en Internet. Una pista podría ser un eslogan gritado por los manifestantes en El Cairo: «Todos somos Abu Jahja al Libi». Pocas horas antes la red terrorista Al Qaeda publicó un mensaje en video en el que confirmaba por primera vez oficialmente la muerte del terrorista conocido con el nombre de combate Al Libi.
El mensaje era del líder de Al Qaeda Eiman al Zawahiri. El egipcio asumió la dirección de Al Qaeda tras la muerte de Bin Laden el año pasado. Algunos de sus ex colaboradores, que durante el régimen del presidente Hosni Mubarak vivían con temor a la policía, se atreven ahora a salir de su escondite allí donde mandan la Hermandad Musulmana y el partido de los salafistas.
Fuente: Anne-Beatrice Clasmann (dpa)
Editora: Rosa Muñoz Lima