Por: Lic. Johan Alberto Tomasino Ramírez.
Analista
Gobierno, historia y guerra.
En los años ochenta el país entero vivió una guerra, en la cual se decía que la guerrilla salvadoreña,
luchaba por los intereses de un pueblo oprimido, por la oligarquía burguesa, que lo único que
buscaba era enriquecerse a toda cosa.
El Salvador, se veía como una empresa privada, que les sirvió para llenarse los bolsillos a un par de
familias, de las cuales en la actualidad es pecado decir sus apellidos, esto motivo a la guerrilla de
aquel entonces a pronunciarse y luchar por los supuestos intereses de un pueblo oprimido, pueblo
que fue el más afectado, no solo económicamente, sino el cual sufrió pérdidas irreparables,
recuerdo cuando a una muy corta edad, se escuchaba llegar el camión de la fuerza armada, en ese
instante a las madres de cada niño vivían temerosas, debido a que sabían sobre el reclutamiento
de sus hijos, si estos eran encontrados en pequeñas reuniones, lo que la ley ahora conoce como
asociaciones ilícitas, pero era una guardia respetada por todos, ya que el temor que infundía no
permitió que muchos pensaran en tan siquiera delinquir.
En contra posición a la fuerza armada, estaba la extrema izquierda, que se caracterizó por ser
comandada por personajes como el actual presidente de este país, quién fue uno de los dirigentes
que siempre dio órdenes para que se eliminara a todo aquel que estuviese en contra de su
ideología, que lo único que busco era poder, creándose entonces después de la firma de los
acuerdos de paz, el Frente Farabundo Martí Para la Liberación Nacional (FMLN).
En medio de esta coyuntura, entre el gobierno y la guerrilla, se encontraban pequeños vestigios de
lo que ahora son los grandes grupos delincuenciales, que bajo el acoso, extorsiones y asesinatos,
tienen a toda la población en una inseguridad, pero acá nacen preguntas, será que estos grupos
también pretenden como en aquel momento el FMLN?, llegar a convertirse en el partido de
gobierno, para administrar el poder.
Va más allá, este oleaje de violencia, que buscan, pero en la actualidad, el partido de gobierno ya
vivió en carne propia esta transición, y es quién administrara el estado Salvadoreño, y de ser ellos
un problema para el país, ahora, ellos lo tienen encima, manifestando con muchas cortinas de
humo que todo está controlado, pero instituciones como la Sala de lo Constitucional, con sus
resoluciones no les deja avanzar.
Cuando esta Sala, lo único que busca es transparentar el uso de los fondos con que apenas cuenta
este pueblo Salvadoreño, si la deuda es del 56%, y se busca aprobar por parte del gobierno más y
más créditos, bajo la lupa de quienes aun nos importa el destino de este terruño de tierra, vemos
que nos llevan a un precipicio, tal cual en la actualidad a caído Grecia.
Es lamentable darnos cuenta que ni uno ni otro, tienen realmente una política preventiva y menos
que busquen soluciones reales, sin voluntad.