El sabado recien pasado y en un evento publico, la Camara de Comercio e Industria de El Salvador filial Santa Ana, entrego su máxima distinción honorifica a la empresa socia Almacen El Escorial, fundada por Francisco Queralt y doña Gloria de Queralt, creciendo en el tiempo generando fuentes de empleo.
Su historia a través del tiempo es de personas emprendedoras, de mucho sacrificio y trabajo para llegar a ser el almacén de prestigio en la ciudad de Santa Ana.
Al evento asistieron miembros de la filial de Santa Ana, representantes de la Junta Directiva de sede principal de esta organización empresarial, así como familiares y amigos, en un ambiente agradable, ya que la familia Queralt goza del cariño y simpatía de los santanecos, ademas que Josefina Queralt, una de sus hijas ha fungido como Presidente de esta filial en varias ocasiones, así como de diferentes comitès empresariales.
Entre las palabras memorables del evento destacan las dichas por el Presidente de la Camara de Comercio asi:
El ejemplo de nuestros socios Francisco y su esposa demuestra que si queremos un mejor país para nuestros hijos, debemos formar mejores hijos para nuestro país.
Y en esto estriba la importancia de la familia, porque es en la familia donde se forman en valores los buenos ciudadanos.
Por empresarios como ellos y por empresas como El Escorial, nos comprometemos a seguir cumpliendo con la misión institucional que se nos ha encomendado y a continuar defendiendo y promoviendo los principios de libre empresa que son el fundamento y la guía de todas nuestras acciones.
«Desde hace muchos años conozco a Don Francis y a su familia, y siempre me ha sorprendido gratamente observar su templanza y su tezón para los negocios; pero más me ha impresionado su perseverancia y la capacidad que tiene para adaptarse al cambio generacional y a las nuevas exigencias en el mercado, cualidades que sin duda lo han llevado a ser merecedor del galardón de esta noche; en compañía de toda su familia y amigos. Cualquier homenaje que se le conceda, no alcanzará a dimensionar lo que realmente se merece un empresario como Don Francis».