El alfarero - Periódico EL Pais

El alfarero

El alfarero

Por Fidel López

Un hombre, quien era terco, sin valores, lleno de rencores, odio y otros males, decidió cambiar de actitud. En el pueblo había un alfarero, quien hacia maravillas con el barro. El terco, había escuchado que el alfarero era un viejo que, aparte de transformar el barro, aconsejaba.

“Buenas tardes, busco al alfarero”, “yo soy a quien usted busca”. El alfarero con manos sucias por el barro, saludó al señor y le miró fijamente a los ojos. El buscador de sueños le dijo “quiero cambiar de vida, ya me aburrí de ser un desdichado”.

El alfarero, tomó la Biblia y le leyó “Levántate y desciende a la casa del alfarero, y allí te haré oír mis palabras. Entonces descendí a casa del alfarero, y he aquí, estaba allí haciendo un trabajo sobre la rueda…” Jeremías 18.

El hombre quedó confundido, eso, debido a que en su casa, nunca le habían hablado de parábolas y de la vida de Jesucristo. Nada más comprendió que podía cambiar su vida gracias a las lecturas de la Biblia.

El alfarero le aconsejó, le escuchó, le mencionó cómo se debe cambiar de actitud, a saber, hay que asearse, eso ayudará a que todos te vean bien; hay que alimentar el alma de consejos, solamente así podrás ver en tus ojos bondad y no maldad; hay que perdonar a todos los que ofendiste, te aseguro te sentirás bien. Por último, consigue un trabajo, no importa si es de alfarero, al final del camino, sabrás que ese trabajo estará en algún hogar.

Por último, analizó sí ir a una iglesia era lo recomendable, encontraría a otro hombre con pecados, encontraría a otro hombre que le moldearía su vida. Decidió entrar a una iglesia, le hablaron de Jesucristo. Justo y necesario para moldear su vida.

Dejó de ser soberbio, supo que la riqueza no era importante, lo importante era tener amistades y hacerle bien al prójimo.

Los seres humanos sabemos bien, que está en el poder de la mente para cambiar de actitud. Si alguien desea retirarse de las malas obras, desea retirarse de los vicios, basta con el poder de la mente para despojarse las malas vibras. La fe, es la fórmula perfecta para cambiar de personalidad.

El alfarero es tu propio hijo, ese que cada mañana te dice que sonrías, ese que cada mañana te dice que la vida es bonita, no hay motivo alguno para amargarnos.

El alfarero es tu amigo, el que te escucha, el que te dice lo malo y bueno que obras. El alfarero es tu madre, quien te dijo que la vida es tuya, nadie puede moldearla mejor que tú. El alfarero de tu vida la tienes en tus manos.

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