La racha de accidentes de tránsito en nuestro país parece no tener final, en esta oportunidad la desobediencia de la señorita Graciela M. de 17 años de edad causó un accidente de pocas proporciones sobre la intersección de la 6ª Avenida Norte y 6ª Calle Poniente en el centro de Santa Ana. Según familiares de la menor, a ésta se le había pedido que cuidara el vehículo particular 540- 727, mas no que lo condujera, a pesar de ello Graciela salió junto a sus compañeras de un colegio privado y terminó colisionado con un autobús de la ruta 55 que hace su recorrido hacia Polanco. A raíz del accidente dos personas resultaron lesionadas, una fue identificada como Margarita Castillo quien presentaba golpes en el brazo derecho, rodillas y las costillas, además la señora Irma Ramírez de 40 años de edad terminó con un fuerte golpe en la rodilla izquierda, quien tuvo que ser trasladada a un centro hospitalario en una patrulla de la PNC, luego de más de 40 minutos del accidente ninguna institución de rescate se presentó al lugar para trasladar a las víctimas. La abuela de la joven se hizo presente al lugar para ponerse al frente de la situación, aseguró que ella se haría responsable de los daños causados por la imprudencia y desobediencia de su nieta, dijo estar incluso dispuesta a vender la camioneta para cubrir los gastos, sin embargo los daños no eran cuantiosos. Irma Ramírez no pudo bajar del autobús a causa del golpe en su rodilla, “Yo cuando sentí ya estaba metida debajo del asiento, escuché un gran estruendo y vi que íbamos para la pared” recordó entre llantos. Un agente de tránsito terrestre recomendó a Graciela “ir a una escuela de manejo y obtener la licencia de conducir” y le hizo ver que “Gracias a Dios no fue un peatón” porque las consecuencias pudieron haber sido fatales.