Monseñor Miguel Angel Moràn es el nuevo Obispo de la Arquidiócesis de Santa Ana a partir del pasado Sábado 9 de Abil de 2016, luego que Monseñor Romeo Tobar Astorga, tuviera que retirarse según mandato de la Santa Iglesia, para disfrutar de su jubilación.
Originario del cantón Nansistepeque, caserío Esquipulas en el departamento de Santa Ana, lugar de vocaciones, Monseñor Miguel Angel Moràn dice ser primo de Monseñor Adolfo Mojica (Q.D.D.G.); el padre Abel Moràn ahora destacado en la iglesia El Calvario y al menos otras 23 sacerdotes y alguna monjas,
La ceremonia fué todo acontecimiento propio de la iglesia católica, en donde se dieron cita el Nuncio Apostólico, los obispos del país y los presbíteros, quienes se unieron junto a los fieles a esta gran celebración.
Antes del mensaje del nuevo pastor de la iglesia, cabe destacar los elementos que marcaron el pastoreo de su antecesor, Monseñor Romeo Tobar Astorga: Fidelidad a la Santa Iglesia; Impulso por una nueva evangelización; Amor por las vocaciones sacerdotales; Su trabajo incansable de evangelización de los jóvenes a través de la Universidad Catòlica de El Salvador, UNICAES, mejorando ademas la calidad formativa de sus educandos entre otros.
Extracto del mensaje de toma de posesión por Monseñor Miguel Angel Moran
«Me presento ante ustedes con pleno deseo y disposición de trabajar en nuestra Iglesia diocesana, de forma que todos juntos sirvamos a Cristo, nuestro Señor.
Mi intención es la de unirme plenamente en el recorrido histórico de nuestra Diócesis, sumando mis esfuerzos al proyecto pastoral diocesano de una Iglesia al servicio del Evangelio, tanto en esta Diócesis de Santa Ana como en la de San Miguel, sede de la Reina de la Paz, Patrona de nuestra nación, en la que el Señor me concedió trabajar quince años y medio, por lo que existe ya un camino recorrido, y como dijo el Papa Francisco a los obispos de México en su reciente visita: “Es necesario no desperdiciar la herencia recibida custodiándola con un trabajo constante.
Están sentados sobre espaldas de gigantes: Obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas, y laicos, fieles – hasta el final – , que han ofrecido la vida para que la Iglesia pudiese cumplir la propia misión”. ¡Como no recordar y agradecer el legado de mis predecesores: Monseñor Marco René Revelo, al recién Emérito Monseñor Romeo Tovar Astorga, a los vicarios generales como el querido y recordado Monseñor José Sandoval, a los obispos auxiliares: Monseñor Lorenzo Graziano y Antonelli, a los que aun están entre nosotros: Monseñor Fernando Saenz Lacalle, Monseñor Luis Morao y Monseñor Elías Rauda.
Queridos diocesanos, caminaremos juntos, creciendo en comunión entre nosotros, en plena apertura y obediencia a las orientaciones de nuestro querido Papa Francisco ¡Confiamos plenamente en el ministerio del sucesor de Pedro!.
Debemos ser cada vez más conscientes de que Dios quiere que compartamos nuestros talentos. Estamos llamados a discernir y a reconocer los dones que el Espíritu reparte entre nosotros de forma que podamos trabajar para fortalecernos y enriquecernos».
Soy muy consciente de que –como recordaba preciosamente San Agustín- “Para ustedes soy obispo, con ustedes soy cristiano”.
Norma Aguirre de Francia