Por Dr. Rafael Basagoitia Avilés
Cada vez que paso por alguno de los parques, en Santa Ana, a la mente vienen anécdotas que ahí se sucedieron.
Comenzando con el Parque Libertad, en el Centro Histórico, donde antiguamente había una verja a su alrededor y en donde celebrábamos el Jueves de Corpus de una manera muy especial.
Las niñas, muy “emperifolladas”, lucían muy lindas y se paseaban por el lugar. Nosotros, atraídos por su belleza y simpatía y según nos atraía, les ofrecíamos una figurita para lucirlo en el pecho y, era como una “competencia ” a quién recolectaba más adornitos en el festival mencionado.
También habían conciertos de la Banda Regimental del 2o Cuartel de Artillería los domingos,llenándose de espectadores a escuchar música muy especial.
Le agrego, la última noche de las famosas fiestas del mes de Julio, cuando era el Baile de Disfraces del Casino Santaneco, salíamos del Casino y dábamos la vuelta para que las personas se divirtieran con el espectáculo. A mí, me tocó una vez disfrazado de Campesino-Chino con el tórax descubierto, caminar alrededor del parque. Como ya era algo tarde, sentía mucho frío.
En el extremo occidental de la Cruz más Grande del Mundo, el Parque Menéndez o del Calvario, ese lugar era sumamente especial, pues el martes de Carnaval, nos divertíamos en grande con los cascarones…llenos de confeti; eran las niñas quienes se divertían mayormente, pues nosotros, le poníamos “la pimienta” con lanzar los huevos, muchos hasta podridos y, no estoy hablando “maduros”…sino de muy podridos. Nuestros principales objetivos eran los carros que se atrevían a pasar por ese “sitio de guerra”. Hasta la policía llegaba muchas veces a tratar de agarrar algún incauto.
Algunos de mis amigos tuvieron su paseo en la famosa “palomita” que era la PNC. Jorgito T.C. tiene lindas historias que contar.
También, era lugar de “romances”…cuántos “noviazgos” se sucedieron he hicieron historia que llenarían libros. Paseabanse las niñas y nosotros tratando de hacer “cacería”.
Había un hermosísimo cortés blanco que regaba en los primeros meses del verano, una alfombra dorada a nuestros pies, mientras caminábamos enamorados, sin rumbo y sin tiempo…solamente pensando en nuestra amada novia, y disfrutando cada minuto queriéndolo hacer una eternidad. Ese árbol maravilloso ya no existe mas…trataré que aparezca de nuevo uno joven, vigoroso, aunque no lo vea crecer pero alguien mas lo disfrute. Los alcaldes que no saben de nuestra Santa Ana, no la pueden querer como nosotros que la hemos disfrutado desde que nacimos.
Había también conciertos una vez por semana y varios vecinos durante las noches, solían llegar después de cenar a comentar los hechos de ese tiempo o simplemente disfrutar entre amigos. A mi, me atraía el lugar, por una niña muy especial, tenía un abuelito que la quería muchísimo y además, un gran “ chucho” Colie como guardia personal…por lo cual, no era fácil el acercamiento. Sin embargo, pasé esa barrera…y logré mi objetivo, porque éramos grandes amigos desde muy temprana edad y lo seguimos siendo.
Otro era el Anita Alvarado, en donde la práctica de los patines era lo importante y una gran diversión entre los jovencitos de esa época. Ahí también se suscitó el rapto de una señorita N muy linda por el famoso Ernesto Interiano.
El Parque Santa Lucía, en el Día De Los Indios, fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe el 12 de diciembre y de Santa Lucía el 13 del mismo mes. Las señoritas vestidas de indias luciendo su belleza. Ah, éso, no debíamos de perder. Aparte de comer hojuelas, nuégados con miel sabiéndolo mezclar en la boca con el Chilate. Mucha comida típica de preparación excelente, para chuparse los dedos. Con solamente decirlo, se me hace agua la boca. También punto de encuentro para nuestros romances.
El Parque Colón…donde íbamos especialmente en la época de Navidad, pues en él se localizaban la mayoría de las ventas de cohetes y esos días eran de un inmenso movimiento preparándonos para “la guerra”…cuando nuestros padres nos permitían “encender la pólvora con cigarrillos”.
En la Finca Modelo, donde se celebraban las carreras de caballos…y las famosísima partidas de fútbol del FAS…sería todo un capítulo aparte…necesitaría mucho espacio. Talvez en otra ocasión, me animo a platicar de ese histórico y tan querido lugar. Espero que estos recuerdos los disfruten.
En la foto de aproximadamente los años 30, se puede observar como todos los hombres usaban sombrero, es una costumbre que ya se perdió, un personaje muy querido en el Barrio San Juan fue Don Panchito Morán, un hombre que hasta el día de su encuentro con el creador llevaba siempre con elegancia su sombrero.