Premio Nobel Alternativo 2018: héroes por la naturaleza y la democracia
Activistas de derechos humanos, luchadores contra la corrupción, un agricultor y un agrónomo son los ganadores del Premio Nobel Alternativo, y provienen de Colombia, Guatemala, Burkina Faso, Australia y Arabia Saudita.
«Honramos y apoyamos a personas y organizaciones valientes que ofrecen soluciones concretas a los grandes problemas globales», expresan los organizadores del Premio Nobel Alternativo en Estocolmo. «Premio Right Livelihood», como se llama oficialmente la condecoración, se otorga desde 1980. Los ganadores de este año provienen de Colombia, Guatemala, Burkina Faso, Australia y Arabia Saudita.
Luchadores latinoamericanos contra la corrupción
Los juristas Iván Velásquez, de Colombia, y Thelma Aldana, de Guatemala, son considerados dos de los luchadores contra la corrupción más valiosos del mundo. Los dos presiden desde 2014, la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG). A esta entidad independiente de la ONU se le encomendó desde 2006 que investigue graves delitos de corrupción en Guatemala, en cooperación con la Fiscalía de ese país centroamericano. En un país que aún sufre los efectos de décadas de guerra civil (1960 y 1996), Aldana y Velásquez han establecido nuevos estándares en el campo de la Justicia.
Gracias a su arduo trabajo de investigación, se han rastreado hasta el día de hoy más de 60 organizaciones criminales en Guatemala. Además, ya se han dictado más de 300 condenas y se han propuesto 34 reformas legislativas para combatir la corrupción. La detención y condena del expresidente, Otto Pérez Molina, y su vicepresidenta, Roxanna Baldetti, en 2015, es muestra de la eficacia de sus pesquisas. El levantamiento de la inmunidad a un expresidente fue una novedad en la historia del país centroamericano.
El comité los honra con la mención de honor por «su enfoque ingenioso para evidenciar el abuso de poder, enjuiciar a los corruptos y restaurar así la confianza pública en las instituciones democráticas».
Activistas de los derechos humanos en el mundo árabe
Premio Nobel Alternativo a Abdullah al-Hamid, Walid Abu al-Chair y Mohammed Fahad al-Kahtani, por lucha por los derechos fundamentales en Arabia Saudí.
En su país ya son famosos: Abdullah al-Hamid, Mohammad Fahad Al-Qahtani y Waleed Abu al Khair se encuentran entre los abogados de derechos humanos más importantes de Arabia Saudita, y están estrechamente relacionados con una de las pocas organizaciones de derechos humanos en ese país, la Asociación saudí de Derechos Civiles y Políticos (ACPRA). En un país en donde la familia gobernante de Al-Saud, en estrecha alianza con los clérigos wahabíes ultraconservadores, ejerce un régimen totalitario, estos tres juristas se han mantenido fieles a sus deseos de reforma.
Sus demandas de respeto por los derechos humanos universales, el establecimiento de una monarquía constitucional y la igualdad de las mujeres en la sociedad siempre han sido pacíficas. Como castigo por sus peticiones los tres fueron condenados a 10 y 15 años de prisión. Actualmente se encuentran tras las rejas. Ellos fueron honrados «por sus esfuerzos visionarios y valientes para reformar el sistema de gobierno totalitario en Arabia Saudita, basado en la creencia en los derechos humanos universales».
El agrónomo «creador de bosques”
El australiano Tony Rinaudo es conocido como el «creador de bosques». Durante décadas, este científico agrícola vivió y trabajó en África. La misión de Rinaudo es luchar contra la deforestación y la desecación de la franja de Sahel. La técnica de Rinaudo consiste en «resucitar” árboles con la utilización de raíces subterráneas restantes. Rinaudo los llama «bosques subterráneos». El éxito de su método es impresionante: solo en el Níger, han sido restaurados más de 50.000 kilómetros cuadrados de tierra con más de 200 millones de árboles a lo largo de los últimos años.
Rinaudo ha hecho surgir todo un movimiento entre los agricultores que quieren hacer reverdecer la región del Sahel. Su potencial es inmenso: usando su método, sería posible restaurar un área tan grande como India. Rinaudo recibió el Premio Nobel Alternativo «por su impresionante habilidad para transformar extensas tierras secas en suelos fértiles, y así mejorar la calidad de vida de millones de personas”.
El granjero de la reforestación
Yacouba Sawadogo es el hombre que «detuvo el desierto”. Sawadago, de Burkina Faso, en África Occidental, comenzó en 1980 transformando casi 40 hectáreas de inhóspito terreno en un bosque. Hoy en día, hay allí más de sesenta especies de árboles y arbustos; sin duda una de las áreas forestales más diversas del Sahel.
El éxito de Sawadogo se basa en cultivar árboles junto con trigo. En el idioma local su método se llama «zai». Gracias al sistema de raíces de los árboles, el agua lluvia se conserva más tiempo en el suelo, y el grano sirve para la alimentación de animales de granja. Además del efecto directo para ayudar a los agricultores, el método «zai» es una herramienta importante en la lucha contra las causas de la emigración y la generación de paz duradera.
Mientras el fiscal colombiano y la guatemalteca recibieron una mención de honor, los premios a los africanos y al australiano sí están dotados económicamente con un millón de coronas suecas cada uno (96.000 euros o 113.000 dólares).
El comité del premio lo alabó porque «ha logrado transformar tierras inhóspitas del desierto y le ha enseñado a los agricultores cómo restaurar su suelo con una idea innovadora»
Fuente: DW