Santa Ana. La Unidad de Patrimonio Privado y Propiedad Intelectual, logro la condena de siete 20 años seis meses de prisión para el pandillero activo de la MS, José Alfredo González Rosales, luego de que un Tribunal de Santa Ana, lo declarara culpable del delito de Extorsión Agravada, en perjuicio de un comerciante de la cabecera departamental, que goza de régimen de protección de víctima y testigo, dijo el jefe de la unidad Manuel Flores.
Según la relación de los hechos El 15 de abril de 2013, el Juzgado Tercero de Instrucción de Santa Ana, Sobreseyó provisionalmente al imputado; por lo cual la Fiscalía General de la Republica, interpuso recurso de apelación ante la Honorable Cámara de lo Penal de la Primera Sección de Occidente, con fecha 13 de mayo de 2013, la cual revoco dicho sobreseimiento, lográndose la recaptura hasta el mes de diciembre de 2015.
Con el imputado presente, se desarrolla en el Juzgado Segundo de Sentencia de Santa Ana, la vista pública, el 27 de enero de 2016, durante la cual se determinó la culpabilidad de José Alfredo, luego de que la Fiscalía presentara, además del testimonio de la víctima, prueba de la entrega controlada, con lo que se comprobó la participación del pandillero en el delito de extorsión, previsto y sancionado en el artículo 214 del código penal, por lo que el juez le decreto una pena de siete años seis meses de cárcel.
La declaración dela víctima detalla que los hechos inician el 12 de noviembre de 2012, cuando José Alfredo González Rosales, llega hasta su lugar de trabajo, para exigirle el pago de $ 100.00, en concepto de renta, para lo cual lo amenaza diciéndole, que de no entregar el dinero, no lo dejaría trabajar y que además podrían matarlo a él y a su familia, que ellos controlaban la zona, y que tenía hasta las 4:00 de la tarde de ese mismo día, para entregar lo solicitado, de lo contrario tendría abandonar el lugar o de lo contrario cumplirían su amenaza.
La victima con mucho temor busco auxilio de la policía donde interpuso la denuncia, se organizó junto a la fiscalía la entrega controlada del dinero bajo cobertura policial. Cuando llego el sindicado a recoger el dinero, los policías observaron la entrega y a cierta distancia le procedieron a capturarlo, quien aún tenía en su poder el dinero que la víctima le había entregado.