Millones de trabajadores de saneamiento en el mundo en desarrollo se ven obligados a trabajar en condiciones que ponen en peligro su salud y su vida y violan su dignidad y sus derechos humanos, según un informe publicado hoy.
Los trabajadores de saneamiento prestan un servicio público esencial que es clave para salvaguardar la salud humana. A menudo son los miembros de la sociedad más marginados, pobres y discriminados y realizan su trabajo sin equipo, sin protección y sin derechos legales.
«Un principio fundamental de la salud es «ante todo no hacer daño». Los trabajadores de saneamiento realizan una contribución clave a la salud pública en todo el mundo, pero al hacerlo ponen en peligro su propia salud. Esto es inaceptable», dijo la Dra. María Neira, Directora del Departamento de Salud Pública y Medio Ambiente de la OMS. «Debemos mejorar las condiciones de trabajo de estas personas y reforzar el personal de saneamiento, de manera que podamos cumplir las metas mundiales relativas al agua y el saneamiento».
El informe sobre la difícil situación de los trabajadores de saneamiento en el mundo en desarrollo ha sido elaborado conjuntamente por la Organización Internacional del Trabajo, WaterAid, el Banco Mundial y la Organización Mundial de la Salud para concienciar sobre las condiciones de trabajo deshumanizadoras e impulsar el cambio. Es el estudio mundial más extenso hasta la fecha sobre el tema, y forma parte de un conjunto cada vez mayor de estudios sobre los trabajadores de saneamiento.
El saneamiento deficiente causa hasta 432 000 muertes por diarrea al año y está relacionado con la transmisión de otras enfermedades como el cólera, la disentería, la fiebre tifoidea, la hepatitis A y la poliomielitis. Los trabajadores de saneamiento son las personas que trabajan en tareas como la limpieza de inodoros, el vaciado de pozos negros y fosas sépticas, la limpieza de desagües y alcantarillas y el manejo de estaciones de bombeo y plantas de tratamiento. Desempeñan una función valiosa en la mejora de la salud y el bienestar de las poblaciones de todo el mundo y tienen el mismo derecho a una buena salud.
Los residuos deben ser tratados correctamente antes de ser eliminados o utilizados. Sin embargo, los trabajadores a menudo entran en contacto directo con los desechos humanos al retirarlos a mano sin equipo ni protección, lo que los expone a una larga lista de peligros para la salud y enfermedades.
El trabajo es a menudo informal, por lo que los trabajadores no están sujetos a ningún derecho o protección social. El pago puede ser irregular o inexistente, y algunos trabajadores señalan que se les paga con alimentos en lugar de con dinero. El trabajo de saneamiento suele estar estigmatizado socialmente y se realiza por la noche.
En el informe se destacan ejemplos de buenas prácticas en los que el trabajo de saneamiento ha sido reconocido y formalizado oficialmente. También se establecen cuatro áreas de acción clave para los países y los asociados en pro del desarrollo: la reforma de las políticas, la legislación y la reglamentación; la elaboración y adopción de directrices operacionales para los trabajadores; la promoción y el empoderamiento de los trabajadores de saneamiento para que reivindiquen sus derechos; y el fortalecimiento de la evidencia sobre la situación del trabajo de saneamiento y las buenas prácticas. En Sudáfrica, por ejemplo, los empleados públicos y privados siguen las normas laborales nacionales y cuentan con el equipo y la formación adecuados.
La Organización Mundial de la Salud está ayudando a fortalecer las capacidades nacionales, centrándose en garantizar que la protección de los trabajadores de saneamiento se incluya en las políticas nacionales de saneamiento y en la evaluación y la gestión de riesgos a nivel local. La OMS también trabajará con sus asociados para cuantificar al personal mundial de saneamiento y tratar de estimar la carga de morbilidad para los trabajadores de saneamiento.
Muchos de los desafíos a los que se enfrentan los trabajadores de saneamiento provienen de su falta de visibilidad en la sociedad. Pocos países en el mundo en desarrollo cuentan con directrices para proteger a estos trabajadores. Cuando existen leyes, los gobiernos pueden carecer de los medios financieros o técnicos para aplicarlas, y la informalidad de las funciones plantea nuevos desafíos.
El mundo necesitará muchos más trabajadores de saneamiento con condiciones de trabajo seguras, saludables y dignas si queremos cumplir el Objetivo de Desarrollo Sostenible 6 de garantizar el acceso de todas las personas a agua limpia, inodoros decentes y buenas prácticas de higiene en todas partes para 2030. El saneamiento seguro debe ir de la mano de un entorno de trabajo seguro y digno para quienes prestan y mantienen los servicios de saneamiento que protegen nuestra salud.