Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN ACCION http://publicacionaccion.blogspot.com
San Salvador, 14 de junio de 2021.
El sostenimiento de la estructura necesaria, para una economía basada en la internet, implica un serio daño al medio ambiente y, mayor rompimiento social, entre los salvadoreños, sin que éstos reciban beneficio directo y apreciable; la política llevada a cabo por Nayib Bukele, vuélvese un engaño, incompatible con el sistema democrático: basase en el encubrimiento político y no, en la transparencia a que obliga, un Estado republicano.
En publicación de National Geographic en español, leese el artículo intitulado: “El país de 170 volcanes”, refiriéndose a El Salvador, basado en datos suministrados por el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, relacionado con la conferencia del cambio climático en Qatar, afirma que el país es, en un 80% vulnerable, pero ofrece una especie de lugar jurásico, de donde podríase extraer fácilmente y a bajo costo energía geotérmica. Uno de los aspectos abordados en la conferencia, fue el tecnológico, cuyo excesivo consumo de energía, crea perjuicio a la ecología y, consecuentemente, al planeta y al género humano.
Todo parece indicar que la Ley Bitcoin, fue concebida al momento de la conferencia, lo cual es congruente con otras publicaciones del Banco Mundial, sobre el desarrollo energético de El Salvador, pero sin tomar en cuenta, las implicaciones políticas, económicas y ambientales. Por ahora, me referiré sólo, a las ambientales y a las políticas en relación, con nuestra forma de Gobierno y estructura del Estado.
Según el Servicio Geológico de El Salvador, y tomado del Catálogo de Volcanes Activos del Mundo, existen únicamente veintitrés volcanes, activos algunos y, otros extintos, ambos en sus diferentes categorías, distribuidos en cinco zonas volcánicas activas y, sólo en dos de ellas, ha sido posible, por razones técnicas y de ingeniería, instalar plantas generadoras: Berlín y Ahuachapán.
Según el Consejo Nacional de Energía, en su página Web “Sistema de Energía Nacional”, se dice que el 65.28% de la energía es limpia y el resto, un 34.72 % es contaminante (biomasa, bunker y diésel, con emisiones de 1,57 millones de toneladas de CO2. Nuestros bosques sólo tienen una cobertura del 37% con tendencia a disminuir. Entonces un gasto energético, como el necesario para la minería virtual y el sostenimiento de los nodos de Bitcoin, más el consumo de energía en el uso de criptomoneda, tendrá que incrementar el gasto de energía de fuentes fósiles y, si la energía “barata”, se destina al consumo y sostenimiento de un sistema electrónico, habrá un encarecimiento de energía para los privados o tendremos que depender de importaciones energéticas. Esto causaría un grave daño al medio ambiente, pues aumentaría la producción de CO2.
Un cambio en la matriz energética nacional, por un masivo uso tecnológico, hará más profunda la brecha entre los que usan la tecnología y quienes no la usan, pues la energía, sólo cubre el 83% del territorio nacional, convirtiendo el uso de la criptomoneda, en factor de exclusión y no, de desarrollo nacional.
Tal política, no puede atribuírsela ningún funcionario, aun con la aprobación de la masa ignorante y engañada de sus efectos, pues en tales condiciones, el ejercicio del poder, se vuelve dictadura por usurpación. Los funcionarios electos hoy, no tienen el mandato de cambiar la moneda, volver a la Reforma Agraria, ni derecho a atropellar la Constitución, para derogar los artículos pétreos e incluir el referéndum y la reelección, limitando la capacidad contralora del país.
La destrucción de la institucionalidad, ha llevado a la destrucción del medio ambiente, lo cual agudizará las crisis sociales. Habiendo el presente Gobierno, perdido su legitimidad, crea el derecho a la protesta pública y, a la resistencia social.