Olga Marina Flores de Salazar, originaria del Cantón El Panal, Casería Tierra Blanca, hija de niña Delia Flores, siendo la última de 8 hermanos, es egresada de la UNICAES, de la facultad la Ciencias Económicas.
Iniciando en VIDRIMET, una empresa legalmente constituida en Metapán, y que en el año 2006 le dio la oportunidad de formar parte del grupo de ventas y en el 2010 tuvo la oportunidad de adquirirla y así empezar su propio de negocio, con grandes expectativas, desafíos y con el deseo de generar empleos.
Al ver la demanda de sus productos y el crecimiento que estaba teniendo decidió crear otra empresa complementaria a la que ya poseía, y así fue como nació ARTIMET una empresa dedicada a la venta de materiales de construcción en el área de acabados, venta de accesorios, en el año 2012.
Olga se desempeña en el rubro de la construcción, liderando dos empresas: La Primera dedicada al arte de aluminio y vidrio y la segunda a la venta de materiales de construcción, completando así los servicios de finos acabados de una construcción o remodelación de una vivienda o negocio, volviéndose una de las mejores alternativas para el sector construcción.
El año 2020 debido a la pandemia del Covid19, represento grandes desafíos para el mundo y El Salvador no fue la excepción, en el que demando una nueva manera de hacer negocios y para quienes perdieron sus empleos represento un nuevo reto: Comenzar un emprendimiento.
Pero para Olga Marina Flores de Salazar, una joven mujer emprendedora, para quien lo importante es, como se reinventa para mantenerse en el tiempo.
En tiempos de pandemia donde se cerró la economía 3 meses y luego otros 2 meses más para el sector construcción, el futuro era incierto pero que, al abrir nuevamente operaciones, vio la necesidad de incluir nuevos productos, buscar nuevos proveedor y nuevos clientes, y así la demanda fue creciendo a tal punto que ha tenido que crear nuevos puestos de empleo.
“El consejo” dice, “en mi calidad de mujer, es que muchas veces ponemos barreras que nos impiden alcanzar nuestros objetivos. Y por mi experiencia puedo decir que podemos ser madres, esposas, amigas y empresarias sin descuidar nuestros hogares. Debemos trabajar con una agenda que nos permita desarrollarnos en todas nuestras facetas y es emocionante al final del día haber cumplido con nuestros compromisos y entregarnos al calor del hogar”.
Considero, -continúa diciendo-, que todas tenemos diferentes capacidades y talentos, pero la barrera más grande es nuestra propia mente que nos frena para alcanzar el éxito cuando, al contrario, debemos intentarlo empoderándonos, moldeándonos, pero sobre todo creer en que esos sueños se pueden realizar poniéndolos en las manos de Dios.
La pandemia nos obligó a buscar nuevos modelos de negocio, a reinventarnos siendo creativos, a tener confianza y encontrar en la dificultad nuevas oportunidades de vida, de negocio y tener fe en que somos capaces de ser exitosas.