Santa Ana, El Salvador – En un contexto nacional desafiante, donde la perseverancia y la fe han sido el sostén de muchos emprendedores, la empresa santaneca MC EL BRASIL celebra con orgullo su 35 aniversario de fundación. Su historia está marcada por el liderazgo visionario y profundamente humano de Carlos Linares, un hombre que ha construido su legado no solo sobre cimientos de madera y concreto, sino sobre valores firmes, gratitud y confianza en Dios.
Carlos Linares comenzó su camino empresarial en plena guerra civil, cuando sus padres —provenientes del campo y dedicados a la agricultura— buscaron refugio en la ciudad de Santa Ana. Fue allí donde Carlos se unió a la empresa de su tío, relacionada con la venta de madera, sin embargo, desde pequeño el sueño de Carlos era incursionar en el transporte público. Buscando seguir los pasos de su padre, Carlos adquirió su primer bus para trabajar, pero la situación de la guerra civil no le permitió seguir en ese camino, Dios tenía otros planes para él. En 1990, su deseo de superación lo impulsó a abrir su primer negocio de venta de madera siempre con la ayuda de sus padres, marcando así el inicio de lo que hoy es una de las empresas más sólidas de occidente.
Desde el inicio, su ética de trabajo, la fe que lo sostiene y su trato cercano con la comunidad, permitieron que su clientela creciera rápidamente. Con el tiempo, MC EL BRASIL diversificó su oferta, incorporando productos para la construcción, y posicionándose como un aliado clave en el desarrollo urbanístico de la zona.
Actualmente, la empresa genera más de 600 empleos directos, cumple rigurosamente con la normativa salvadoreña y ha sido reconocida con importantes galardones, como el CAFETO 2009 de la Cámara de Comercio de Santa Ana y el Mérito Empresarial 2015, entregado por el gobierno local.
Una nueva etapa, una nueva generación
A lo largo de estos 35 años, Carlos Linares no ha caminado solo, su familia ha sido su motor.
Desde el año 1995 su esposa se integró al equipo de MC El Brasil y junto con ella y la ayuda de Dios han liderado la empresa. Hoy en día sus cuatro hijos se han integrado a la negocio con preparación, visión y una ética profesional que complementa la experiencia de sus padres. Esta transición generacional se va construyendo de forma ordenada y con paciencia, asegurando un crecimiento gradual pero firme.
Su esposa y sus cuatro hijos han estado presentes en cada etapa. Hoy, sus dos hijas mayores, graduadas con honores de la ESEN, y los dos más jóvenes que, aunque aún están en su etapa de estudiantes también está integrado al negocio con preparación, visión y una ética profesional que complementa la experiencia de su padre. Esta transición generacional no se impone, sino que se construye de forma ordenada, con paciencia, asegurando un crecimiento gradual pero firme.
Más allá del comercio: embelleciendo la ciudad y generando oportunidades
Recientemente, MC EL BRASIL ha expandido sus operaciones a lugares clave. En 2024, se inauguró una nueva sucursal en El Coyolito, Chalatenango, mostrando su apuesta por zonas de alto crecimiento. En Santa Ana, abrieron un nuevo punto de venta en El Colón, con el nombre de Ferreterías El Obrero. Para esta sucursal restauraron con buen gusto una antigua casa en abandono, devolviéndole su belleza original. Esta elección no solo ofrece un espacio más agradable a los clientes, sino que evidencia el aprecio del empresario por la cultura, la estética urbana y el desarrollo armonioso.
35 años construyendo país
MC EL BRASIL no solo provee materiales, sino que construye comunidad. Desde sus inicios ha apostado por relaciones duraderas, servicios personalizados y productos de alta calidad. Su nombre ya no es solo una marca local: es sinónimo de responsabilidad, confianza y visión a futuro en el sector construcción a nivel nacional.
Carlos Linares nos recuerda que el verdadero liderazgo no se grita, se ejerce con humildad. Y que la fe, más que un refugio, puede ser la fuerza silenciosa que guía los grandes proyectos. Hoy, en su aniversario 35, MC EL BRASIL reafirma su compromiso con El Salvador y demuestra que, cuando los negocios se construyen con valores, pueden sostenerse por generaciones.