La plaza central de Nueva Kajovka está inundada.
Lilia Rzheutska
Tras la destrucción de la central hidroeléctrica de Kajovka, decenas de localidades ucranianas y la ciudad de Jersón serán inundadas por el río Dniéper. Expertos advierten de explosiones de minas rusas.
«16 compuertas de esclusa, el edificio de la central hidroeléctrica y la represa entre el edificio de la central y la esclusa fueron dañados. La planta hidráulica no podrá ser restaurada», dice a DW Ihor Syrota, director de la sociedad anónima Ukrhydroenergo, dueña de la instalación.
Las fuerzas rusas afirman que los bombardeos ucranianos dañaron parcialmente la central hidroeléctrica. De acuerdo con el Gobierno en Kiev, como consecuencia de la destrucción, unas 80 localidades podrían ser inundadas.
Ya en el primer día de la invasión rusa en Ucrania, el 24 de febrero de 2022, la planta hidroeléctrica de Kajovka fue conquistada. El servicio de inteligencia ucraniano asegura que, en octubre de 2022, el Ejército ruso minó por completo la represa.
El cuerpo de protección contra catástrofes informa que, hasta el momento, rescatistas, policías y voluntarios han evacuado a cerca de 1.300 personas. En la orilla derecha del río Dniéper, en la región de Jersón, bajo control de las fuerzas ucranianas, la situación no es crítica, puesto que ahí el nivel del terreno es más alto que del otro lado de la orilla.
Minas amenazan ciudades y localidades
Asimismo, las autoridades ucranianas advierten que, con las masas de agua liberadas, minas rusas puedan llegar a las localidades inundadas. «Las barricadas de minas, que el enemigo construyó en la orilla izquierda, han sido destruidas por el agua. Las minas explotan de manera descontrolada y flotan en el río», sostiene Natalya Humenyuk, portavoz de las fuerzas de defensa en el sur del país.
Mientras el alcalde de Nueva Kajovka, a tan solo cinco kilómetros de la central hidráulica y bajo ocupación rusa, informa de que la estación de barcos, el club de yates, el zoológico y el parque están inundados, las tropas rusas en la región ocupada de Jersón sostienen que los habitantes de las localidades a orillas del Dniéper no corren peligro.
Expertos temen falta de agua potable
Según pronósticos de la empresa Ukrhydroenergo, que explota la represa, en los próximos cuatro días, el agua del embalse fluirá por completo por el río Dniéper. El volumen del embalse es de alrededor de 18 mil millones de metros cúbicos de agua. De ahí que expertos teman consecuencias catastróficas para la región.
Ruslan Havrilyuk, director del Centro Ecológico Nacional de Ucrania, dice a DW que el embalse de Kajovka pronto se vaciará, dejando atrás plantas y animales muertos en el lodo. Asimismo, teme que haya escasez de agua potable y una sequía en toda la región sureña de Ucrania, que era abastecida con agua del embalse.
El aceite de los motores de la central hidroeléctrica también representa un problema. «En las turbinas y los transformadores de la planta de Kajovka están almacenados unas 450 toneladas de lubrificante. Aún no sabemos exactamente cuánto aceite se ha derramado, pero calculamos que se trata de más de 150 toneladas», señala Ihor Syrota, director de Ukrhydroenergo.
En entrevista con DW, el ministro de Medio Ambiente de Ucrania, Ruslan Strilets, habló de un «ecocidio». En su opinión, la destrucción de la represa es «un acto barbárico» y una «catástrofe humanitaria». Según Strilets, hasta un millón de personas podría perder su acceso al agua dulce.
Peligro para la central nuclear de Zaporiyia
Si bien la destrucción de la represa no afecta directamente el sistema de energía de Ucrania y la estabilidad del suministro de electricidad, las autoridades ucranianas hacen hincapié en los posibles riesgos para la central nuclear de Zaporiyia en manos de las tropas rusas. Y es que con el agua del embalse de Kajovka, se enfrían los reactores.
Al respecto, el Ministerio de Energía, en Kiev, asegura que expertos de la compañía nacional Energoatom controlan constantemente el nivel del agua en las pilas de enfriamiento de la central nuclear.
(vt/ms)