El Director General de la FAO instó al sector bananero a convertir los desafíos en oportunidades. ©FAO/Giuseppe Carotenuto
En la cuarta Conferencia del Foro Mundial Bananero se debaten desafíos como la crisis climática, los costos de los fertilizantes y el transporte y la enfermedad por R4T
Roma – La cuarta Conferencia Internacional del Foro Mundial Bananero (FMB), hospedada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), se inauguró hoy en la Sede de la FAO para debatir diversos desafíos a los que se enfrentan los productores de bananos, en particular los efectos de la crisis climática, los altos costos de la energía y los fertilizantes y la propagación de la destructiva enfermedad del marchitamiento del banano por Fusarium raza 4 tropical (R4T).
En sus observaciones preliminares en el FMB, el Sr. QU Dongyu, Director General de la FAO, destacó la importancia del banano en diversos aspectos. Declaró que los bananos constituían una de las frutas más producidas, comercializadas y consumidas del mundo y, con una producción mundial de más de 1 000 variedades, aportaban nutrientes esenciales a muchas poblaciones.
El Sr. QU señaló que el sector bananero era especialmente importante en algunos de los países menos adelantados y los países de bajos ingresos y con déficit de alimentos, donde contribuía no solo a la seguridad alimentaria de los hogares por ser un alimento básico, sino también a la creación de puestos de trabajo y la generación de ingresos al ser un cultivo comercial. El Director General también hizo hincapié en que esperaba que la conferencia beneficiara sobre todo a los pequeños productores, ya que seguían siendo una prioridad.
“Los ingresos derivados del cultivo de bananos pueden representar hasta tres cuartas partes de los ingresos mensuales totales de los hogares en el caso de los pequeños agricultores y la exportación de bananos genera ingresos de más de 10 000 millones de USD al año, la mayoría de los cuales corresponde a los países en desarrollo”.
La finalidad de la conferencia es encontrar formas para impulsar el sector bananero, que se enfrenta a varias limitaciones, por ejemplo, a los altos costos del transporte, la energía y los insumos, en particular el precio de los fertilizantes, así como a la propagación de enfermedades como la que plantea la R4T.
En respuesta a las diversas limitaciones, el sector debería “transformar estos desafíos en oportunidades a través de una estrecha colaboración entre los asociados de todo el sector bananero”, declaró el Director General de la FAO, quien pidió a todas las partes interesadas que trabajaran juntas a fin de impulsar las inversiones y adoptar prácticas de producción más sostenibles.
Asimismo, el Sr. QU señaló que la elevada inflación había reducido el poder adquisitivo de los consumidores, lo que aumentaba la competencia entre los bananos y diversas frutas tropicales. “Para mejorar el acceso a los mercados se necesitará una inversión considerable de recursos, en particular financieros”, señaló.
Entre otros, participaron en el acto de apertura del foro el Sr. Danilo Palacios, Ministro de Agricultura del Ecuador, el mayor exportador de bananos del mundo, así como representantes de Bélgica, el Camerún, la Comisión Europea, la Coordinadora Latinoamericana de Sindicatos Bananeros y Agroindustriales (COLSIBA), la Coordinadora Latinoamericana y del Caribe de Pequeños Productores y Trabajadores de Comercio Justo (CLAC) y la Organización Internacional del Trabajo.
Diversificación
La propagación de enfermedades es un motivo de gran preocupación en el sector. En 2019, la R4T llegó a varios países de América Latina después de haberse propagado por todo el mundo durante muchos años. Habida cuenta de que la variedad Cavendish, que constituye la mayor parte de las exportaciones de bananos, es vulnerable a la enfermedad, el Director General de la FAO señaló que la diversificación de variedades debía ser una estrategia clave para garantizar el futuro del comercio bananero.
Sin embargo, indicó que seguía siendo difícil conseguir que los minoristas y consumidores aceptaran variedades diferentes.
En este contexto, en la conferencia también se está organizando un acto de degustación de la diversidad del banano con la finalidad de concienciar acerca de la importancia de conservar y utilizar la diversidad genética de los bananos.
Los productores de bananos también se enfrentan al grave problema del cambio climático. El aumento de la frecuencia de las sequías, las inundaciones, los huracanes y otros desastres naturales ha afectado seriamente a los productores de América Latina y Asia, que representan más del 95 % del comercio mundial de bananos.
El sector agrícola contribuye al cambio climático y a la vez es víctima del mismo, por lo que la FAO ha defendido sistemáticamente la necesidad de que todos los grupos de partes interesadas adopten medidas rápidas y contundentes para hacerle frente.
Costos y perturbaciones
Otra cuestión en la que el foro se está centrando es en los efectos que tienen sobre el comercio de bananos los elevados costos del transporte y las perturbaciones en los envíos en diversas partes del mundo, en particular en el Mar Negro, el Mar Rojo y el Canal de Panamá, como consecuencia de los conflictos, las tensiones geopolíticas y el descenso del nivel de agua.
Por lo que respecta a la demanda, preocupa entretanto a los participantes el hecho de que la inflación haya reducido el poder adquisitivo de los consumidores y de que los requisitos más estrictos de algunos de los principales mercados puedan dificultar la producción y la exportación de bananos. Estos requisitos abarcan diversos aspectos, como la calidad de la fruta, los niveles de residuos de plaguicidas y la sostenibilidad ambiental y social y afectan desproporcionadamente a los actores en menor escala del mercado. Sin embargo, también pueden ofrecer a los productores oportunidades para mejorar sus operaciones, la reputación de su marca y el acceso a los mercados si se realizan las importantes inversiones de tiempo y recursos que se necesitan.
La función del FMB
El foro, que fue creado en 2009, ofrece a sus miembros una diversidad de instrumentos y recursos que ayudan a que el sector sea más eficiente, inclusivo, resiliente y sostenible. Entre ellos se cuentan una herramienta práctica para la medición de las huellas de carbono y agua, que se está poniendo a prueba en nueve países, y la Iniciativa Bananera de Salud y Seguridad Ocupacional (BOHESI), que se está aplicando en el Ecuador y el Camerún.