La esterilidad de la economía salvadoreña - Periódico EL Pais

La esterilidad de la economía salvadoreña

Por     Lic. Fernán Camilo Álvarez ConsuegraFernán Camilo Alvarez C

Editor de PUBLICACIÓN ACCIÓN  http://publicacionaccion.blogspot.com

San Salvador, 23 de enero  de 2016.

 Las propuestas de gravar las remesas, aumentar el salario mínimo y reestructurar el sistema de pensiones, traerán un impacto negativo en la economía nacional. Estas tres políticas, impulsadas por el Gobierno, tienen un denominador común: su  inconstitucionalidad. Aisladas, tienen un impacto negativo pero controlable, aunadas, crean una seria amenaza a la economía nacional, a lo cual hay que agregar otros fenómenos negativos no económicos.

 La sola propuesta de tomar un 10% de las remesas para crear un “fondo de ahorro personal del migrante” y, utilizar dicho dinero, para gastos del Gobierno (clientelismo político, despilfarro y corrupción), a cambio de Bonos estatales,  generaría dos consecuencias 1) un mayor flujo de efectivo por vías clandestinas y 2) el uso de mecanismos alternos, como la compra de bienes y servicios en el exterior, retribuirles en El Salvador; en ambos casos, las nuevas estructuras serían aprovechadas por el narcotráfico y el crimen organizado, para el lavado de dinero.

 El Gobierno pretende tener ingresos por cuatrocientos millones de dólares anuales, por la retención de remesas,  con un pago mínimo de intereses, cercano al factor de devaluación. Sin embargo, esta forma de tomar los bienes de particulares constituiría, un préstamo forzoso, lo  cual va contra la libre disponibilidad de los bienes,  Art. 22 Cn.

 En una economía deprimida, un aumento salarial desproporcionado, es destruir la capacidad productiva y la competitividad,  lo cual es contrario a lo establecido en el Art. 101 inc. 2 Cn. Pues el Estado, impondría un uso irracional de los recursos privados dentro de la actividad económica,  lo cual deprimiría aún más, la actual economía. A no ser que se considere que la función social, consiste en el canibalismo de la empresa, en función particular del trabajador y no, de la productividad y bienestar nacional.

 El Estado, lejos de propiciar una solución al problema de las pensiones,  procura alejarlo del contexto actual, aumentando los años de servicio, como se ha visto en el IPSFA y dejar que siga su deterioro, para que, ante el colapso del mismo, puedan imponerse  las reformas deseadas. Esto es una política que iría en contradicción con lo establecido en el Art. 1 Cn., pues el fin del Estado dejaría de ser la persona humana y pasaría a ser el Estado mismo.

 A estas tres situaciones debemos agregar los efectos del poder territorial de las pandillas y, la negativa del Gobierno, a iniciar dialogo, con el fin de evitar un colapso económico.

 El control territorial de las pandillas, ha excluido muchas zonas, como garantía que pueden asegurar la viabilidad de un crédito, pues en caso de incumplimiento de pago, ésta no garantiza la recuperación del crédito. Para una mejor comprensión de este hecho, basta aclarar que, la banca presta los fondos captados del público, por lo que ésta, tiene que garantizarlos y ¿qué ahorrante se sentiría seguro, sabiendo que su dinero está garantizado por un inmueble en “La Campanera” o en “La Cima”? En muchas partes,  los peritos valuadores, ejecutores de embargos y notificadores judiciales, no han podido ingresar a estas colonias por las pandillas. Y al hacer los respectivos reclamos a la PNC, han recibido la respuesta: ese es problema del Juez, no nuestro, además ¿es porque no quieren pagar la renta por entrar? y deben de hablar con el “palabrero” y pactar con él su gestión, para tener su aprobación. Ante respuestas así, no es posible recurso legal alguno, sólo la exclusión de la bolsa crediticia, de dichos lugares. Esto va en detrimento de la economía nacional.

 El aumento del costo del agua y el acoso a las empresas por parte de las municipalidades, ha hecho que muchas consideren su cierre definitivo,  o decidan trasladar sus operaciones fuera del territorio nacional. Todo lo que junto, va llevando al país, hacia la esterilidad económica.

 Sin embargo el fracaso, no es consecuencia del desconocimiento o de la ingobernabilidad  de las cuestiones del Estado, sino que es un enfoque ideologizado del mismo, pues Sánchez Cerén ha dicho que quiere dialogo,  pero bajo la condición de que prevalecerá su opinión, Dagoberto Gutiérrez, claramente ha dicho, que nos encontramos en una “guerra social”,  pues las cuestiones económicas, no fueron dirimidas durante el pasado conflicto armado y, llegar hasta este punto (el presente), ha llevado veinte años.

 La empresa privada y los que creen en el sistema de libertades, deben ver ver todos estos hechos  como un todo y no, como cuestiones aisladas, de lo contrario, estaremos siempre ciegos  a las consecuencias cuyos resultados ya se están sintiendo.

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