Un incendio en una prisión de Honduras provocó la muerte de más de 350 reclusos. La Policía sospecha que fue generado intencionalmente.
Por la cifra de muertos, el incendio es considerado la peor tragedia en el país, fuera de los desastres naturales. Muchos reclusos murieron calcinados atrapados en sus propias celdas, según reportes de testigos y medios. Según la Fiscalía General, la prisión situada en la ciudad de Comayagua, unos 75 kilómetros al norte de la capital, Tegucigalpa, alojaba a más de 800 reclusos, casi el doble de su capacidad. Muchos de ellos purgaban penas relacionadas con el crimen organizado.
Las autoridades sospechan que el incendio fue generado por manos criminales. El portavoz de la Policía Nacional, Héctor Iván Mejía, dijo que inicialmente se consideraba que el fuego hubiese sido provocado por un cortocircuito. Sin embargo, las primeras investigaciones apuntan a que fue «intencional», causado por una persona que posiblemente escapó.
Lobo suspende funcionarios
Imágenes de televisión mostraron a cientos de personas exigiendo información sobre sus familiares presos y lanzando piedras contra policías afuera de la cárcel. Los agentes respondieron con bombas de gas lacrimógeno. Los presos acusaron a la dirección de la cárcel de no haber abierto las puertas del recinto pese al avance de las llamas y los gritos de ayuda.
El presidente de Honduras, Porfirio Lobo, dijo, por su parte, en una cadena nacional que había suspendido de sus cargos a funcionarios encargados del penal de Comayagua y a la administración las cárceles de todo el país para buscar que la investigación sea transparente.
Prisiones superpobladas en condiciones catastróficas
Pero no es la primera vez que ocurre un incendio de gran magnitud en una cárcel del país centroamericano. En mayo de 2004 en una cárcel de San Pedro Sula, la segunda mayor ciudad de Honduras, murieron 107 reos, y en el 2003 se registró el deceso de 78 personas en una prisión de la ciudad de La Ceiba.
Las prisiones hondureñas están superpobladas. Inicialmente fueron construidas para 6.000 personas, pero actualmente alojan a 12.500 reos. Peter Peetz, experto en asuntos centroamericanos en el Instituto de Estudios Latinoamericanos del GIGA en Hamburgo dijo a DW que las condiciones higiénicas y de seguridad en las prisiones hondureñas son “catastróficas”. “En celdas de pocos metros cuadrados de tamaño se encuentran a veces hasta 100 prisioneros sin ningún tipo de protección”, dijo Peetz y añadió que esa falta de control estatal lleva cada año a casi 40 asesinatos entre los presos. “Eso es parte de la normalidad en prisiones hondureñas”, agregó el experto.
El país más violento del mundo
Pero la violencia en Honduras, la tercera nación más pobre de América luego de Haití y Nicaragua, no es algo exclusivo de las prisiones. Según un reporte de las Naciones Unidas, tres países centroamericanos están entre los más peligrosos del mundo en tiempos de paz: Honduras, Guatemala y El Salvador. Honduras fue el más violento con una tasa de 82 homicidios por cada 100.000 habitantes en 2010.
El auge de la violencia en América Central se debe primeramente a las desigualdades socioeconómicas existentes en la región. “Hoy en día es extremadamente difícil, sobre todo para los jóvenes, conseguir un trabajo bueno y legal”, dijo Peetz y añadió que la región sigue caracterizada por un gran desnivel en la distribución de sus riquezas.
Otra causa del incremento de la delincuencia se encuentra en un sistema judicial deficiente. “La probabilidad de que crímenes como homicidios o violaciones se persigan judicialmente es pequeña”, dijo Peetz. Según el experto, alrededor del 98 por ciento de los casos de homicidio no se resuelven. Esto se debe en parte a que también la Policía hondureña está involucrada en actos ilegales. Esta impunidad conlleva a que los criminales pierdan el miedo a ser castigados por la justicia, dijo Peetz.
Honduras es un punto clave en el tránsito de drogas
El narcotráfico juega en este contexto un papel esencial. La nación centroamericana, que sufrió una crisis política tras un golpe de Estado en junio del 2009 contra el entonces presidente Manuel Zelaya, es un punto clave en el tránsito de drogas hacia Estados Unidos. “La posición geográfica entre los países de consumo en el norte y los de producción en el sur, hace de Centroamérica una zona de tránsito y reventa de drogas y armas”, explicó el experto. La lucha entres los cárteles por el control de ese trafico ha causado el rápido aumento del número de crímenes.
Por otra parte, Peetz opina que una legalización del consumo de drogas no tendría un gran efecto en la reducción de la violencia, a menos que se efectúe a nivel internacional. “Las ganancias del tráfico ilegal de drogas solo se minimizarían si zonas como Europa o América del Norte también legalizaran el consumo”, dijo Peetz y añadió que esto por ahora parece ser “muy improbable”.
Autor: Gabriel Domínguez
Editor: Pablo Kummetz
Deutsche Welle