Los hospitales nacionales de Chalchuapa, Metapán, Ahuachapán y Santa Ana, se unieron al paro
de labores llevado a cabo el pasado jueves 26 de septiembre a nivel nacional. En el hospital San
Juan de Diios de la Ciudad Morena, el Sindicato Gremial de Enfermería de El Salvador, impidió
que se llevaran a cabo las consultas programadas, entrega de medicamentos y actividades
administrativas al interior del nosocomio.
En esta ocasión los galenos exigen que no sea eliminado el escalafón. Aclararon que las
autoridades del Ministerio han anunciado esta medida para destinar los recursos a la compra de
medicamentos para la red de salud pública.
“Nosotros vamos a luchar por el escalafón. Las consultas suspendidas este día van a ser
reprogramadas”, manifestó el secretario general de prensa y propaganda del sindicato, Rafael
Ramírez.
Además, denunció supuestos actos arbitrarios de parte del director de este hospital, Ramón
Ábrego, de quien dijo que se encuentra tratando de intimidar al personal que labora en ese lugar.
“Estamos hartos y cansados del Ministerio de Salud. Él (el director) ha querido amedrentar al
gremio médico pero con nosotros no pudo”, dijo Ramírez.
Cientos de personas que acudieron a los hospitales tuvieron que regresar temprano a sus casas.
Tampoco los empleados de las distintas áreas pudieron acceder a sus puestos de trabajo. Los
sindicalistas fueron benevolentes en la atención de algunas áreas, entre ellas la emergencia,
máxima emergencia, área de partos, diálisis y hemodiálisis.
También se sumaron todas las unidades de salud en todo el occidente del país, tampoco se
despacharon medicamentos de la bodega que abastece a toda la red en el occidente. La población
reprochó la acción tomada por los sindicalistas, considerando que hay otras formas de hacer sentir
su malestar.
“No puede ser que no me atiendan, dicen que me van a reprogramar la cita pero quizás hasta
enero. No es justo lo que están haciendo con el pueblo”, manifestó Claudia de Acevedo, una de las
afectadas con este paro de labores.
A nivel nacional fueron suspendidos los trabajos en más de 20 hospitales públicos. Los sindicalistas
aseguraron que en caso de no ser escuchados éstas medidas de hecho continuarán.
“La ley de medicamentos ha sido obra y lucha de nosotros los trabajadores de salud, pero no
somos responsables de una mala administración que el ministerio está haciendo”, manifestó uno
de los dirigentes sindicales”.