La demanda internacional continúa recuperándose, aunque de manera más lenta. La economía de Estados Unidos sigue creciendo pero más despacio: 3.7% y 2.4% en el primer y segundo trimestre, respectivamente, esperándose que crezca 3.3% en 2010.El desempleo hispano está reduciéndose ligeramente, aunque aún es elevado (12.1%) y continuará así el resto del año. Existen riesgos para las perspectivas económicas mundiales: coyuntura europea y tendencia al alza en la cotización internacional del petróleo.
La mejora en el entorno mundial sigue teniendo efectos positivos en el sector externo nacional, salvo por el incremento en el precio del crudo. Los ingresos por remesas familiares presentan un modesto incremento de 2.5% a julio de 2010, y contrasta con la pronunciada reducción de 10.8% del año anterior. A fines de marzo, la inversión extranjera directa mostró un saldo acumulado de US$6,117 millones, levemente mayor que el nivel que había al cierre de 2009.Hubo un incremento de 13.6% en las exportaciones durante el período enero-junio de 2010; mientras que éstas decrecieron 16.5% en el mismo período del año pasado.
Asimismo, se observa una recuperación particularmente de las exportaciones no tradicionales. Las importaciones totales han aumentado también en 18.3%, desempeño opuesto al registrado en 2009. Las compras de bienes intermedios son las que crecen más aceleradamente, y no se debe sólo al petróleo y sus derivados. Los bienes de capital reportan todavía una leve reducción acumulada de 2.6%.
La economía salvadoreña ha entrado en una fase de recuperación, la cual es aún débil. El análisis de 28 indicadores mensuales relevantes de la actividad económica en El Salvador muestra a 27 de ellos con una tendencia positiva: han aumentado su nivel por lo menos durante tres meses después de tocar fondo, y en promedio, todas estas variables han crecido durante 6.4 meses. Lo anterior permite afirmar que la economía salvadoreña ya salió de la recesión y ha entrado en la fase de recuperación.
Para fortalecer la recuperación económica se necesita aumentar la confianza y una mayor seguridad, lo cual contribuiría a mejorar significativamente el clima de inversión. Con base en las encuestas de Fusades a las empresas y consumidores, se encontró que:
La confianza de los consumidores continuó con tendencia a la baja, llegando a niveles menores a las de hace un año; mientras que la confianza de los empresarios se mantiene baja, aunque a un nivel mayor que un año atrás. La percepción de los empresarios sobre el clima de inversión se mantiene desfavorable desde hace más de dos años y el indicador de inversión continúa siendo negativo.
La delincuencia e inseguridad es el factor que más afectó negativamente el clima de inversión en el segundo trimestre en 2010, y se mantiene en esta posición por tres trimestres consecutivos. Y la incertidumbre económica y política se mantiene como el segundo factor que más influye en la percepción desfavorable del clima de inversión.
Las restricciones fiscales son fuertes y el endeudamiento es creciente, de manera que la capacidad gubernamental para realizar estímulos a la economía es limitada.
El endeudamiento público se encuentra en su posición más alta desde 1993, alcanzando un 53% del PIB en 2009, o US$11,173.5 millones. Este nivel de deuda es elevado para un país como El Salvador, e implicó un pago de intereses de US$531 millones para el Sector Público no Financiero (SPNF), lo cual es superior, por ejemplo, a la ejecución del Ministerio de Salud que fue de US$422 millones.
A junio de 2010 se está logrando la meta de déficit fiscal establecida en el Acuerdo Stand By que el gobierno firmó con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El déficit fiscal al primer semestre pasó de US$472 millones en 2009 a US$301 millones en 2010. Esto ha sido posible por un incremento en los ingresos totales del SPNF en US$185.3 millones y un incremento de sólo US$14.4 millones en el gasto público. Los ingresos tributarios netos crecieron US$141.3 millones, favorecido, en parte, por el incremento del precio del petróleo y por menores devoluciones. Las donaciones subieron US$43.8 millones, en buena medida por la ejecución del proyecto Fomilenio.
El gasto corriente aumenta y el gasto de capital disminuye. El gasto corriente, el cual incluye subsidios como el gas y la electricidad, aumentó US$30.8 millones, mientras que el gasto de capital ha bajado en US$10.2 millones. Se estima que el subsidio al gas licuado se incrementó en US$35.7 millones, pero los gastos en educación, salud y obras públicas bajaron US$27.2 millones, US$9.2 millones y US$20.5 millones, respectivamente.
El sistema bancario continúa solvente y con amplia liquidez para apoyar una reactivación ordenada.
La solvencia medida por el coeficiente patrimonial alcanzó 17.2% en junio, superior al 12% requerido por Ley. La liquidez se amplió, estimada por el coeficiente de liquidez neta alcanzó 42.9%, siendo mayor al parámetro 17%.La mora continuó subiendo a 4.1%, concentrada principalmente en los sectores consumo, vivienda y comercio. El crédito bancario continuó contraído 4.5% al primer semestre.
En suma, la economía salvadoreña ha entrado en una fase de recuperación, la cual es aún débil y para fortalecerla es necesario aumentar la confianza y mejorar la seguridad.