A partir del caso interpuesto el 16 de mayo del año 2007, donde se presentó la solicitud de exhumación de los restos de todas las familias fallecidas durante el conflicto armado ocurrido en El Salvador, se inició un largo proceso de investigación; sin embargo, el pasado miércoles 25 de agosto del presente año, la Fiscalía General de la República (FGR) y el Instituto de Medicina Legal (IML) de la ciudad de Santa Ana, entrego los restos óseos de 34 víctimas de la masacre ocurrida en el caserío Canoas, cantón El Pinalito y caserío Costa Rica.
La Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos (PDDH) y otras instituciones públicas, garantes de los derechos inherentes a todos los seres humanos, se hicieron presentes a las instalaciones del IML, para acompañar a los familiares de las víctimas, durante este proceso de entrega.
Después de muchos años la familia y amigos de las víctimas del conflicto armado, recibieron las osamentas en calidad de depósito, para dar una cristiana sepultura; luego se trasladaron hasta el Centro de Usos Múltiples de esta misma ciudad, para realizar una vigilia.
En horas de la mañana del día jueves 26, se realizó una misa de cuerpo presente y posterior a ello, los restos fueron llevados hasta el cementerio público Santa Isabel del municipio, donde se les dio el último adiós.
La alcaldía de la localidad dono el espacio para las bóvedas y así evitar que las familias incurrieran en gastos.
Sin embargo las investigaciones correspondientes por parte de la FGR continuaran hasta poder identificar las osamentas de larga data. Este proceso se ha hecho en lugares como El Mozote, Guazapa, entre otros.
Por: Victoria Cabrera