La Cumbre por la Democracia, en la que participan 110 países y organizaciones de la sociedad civil de manera virtual, en Washington, pone en la mira a los países del continente americano relegados del encuentro.
WASHINGTON DC — La exclusión de Guatemala, Honduras y El Salvador de la Cumbre por la Democracia ha generado inquietudes en estos países, y las opiniones sobre la medida —que incluye a Nicaragua, Cuba y Venezuela— indican un estado “complejo” de las relaciones diplomáticas de esas naciones con Washington, aseguran expertos consultados por la Voz de América.
Algunos expresaron sus inquietudes por el hecho de que la mayor parte de Centroamérica esté fuera del encuentro que Estados Unidos cataloga como importante para encontrar aliados en la sociedad civil, el sector privado y filantrópico, y sobre todo establecer un diálogo con los 110 mandatarios invitados.
Abordar “con sinceridad los desafíos que enfrenta la democracia” y que “juntos puedan fortalecer las bases para la renovación democrática”, según ha expresado el Departamento de Estado, es el objetivo principal del encuentro.
Desde Acción Ciudadana, una organización de la sociedad civil en Guatemala, su director, Manfredo Marroquín, expone que la exclusión de la subregión, incluyendo a Nicaragua, habla de la degradación en los avances democráticos en esos países.
“Las razones son bastante obvias, gobiernos cleptocráticos que violan sistemáticamente los derechos humanos, gran corrupción interna, y eso ha debilitado profundamente las instituciones democráticas en cada uno de los países. Esta ausencia de la Cumbre por la Democracia ojalá llame la atención del mundo entero”, dijo Marroquín a VOA.
Acción Ciudadana forma parte de una iniciativa regional apoyada por Estados Unidos para hacer frente a la corrupción en los países del Triángulo Norte.
“No creemos que El Salvador esté listo o que contribuiría de manera constructiva a la conversación”, dijo González, y agregó que detrás de la decisión están las acciones documentadas y señaladas por la comunidad internacional sobre cómo el gobierno de Nayib Bukele ha socavado los principios del balance de poderes en el país centroamericano.
En el caso de Guatemala, la Casa Blanca expresó su preocupación por la corrupción generalizada en ese país “y donde las instituciones judiciales la facilitan o incluso la protegen”, dijo González.
Y sobre Honduras, Estados Unidos reconoce que hay una democracia, pero existen asuntos y “preocupaciones serias” que enfriaron las relaciones con Washington, sobre todo alrededor de la figura del presidente saliente, Juan Orlando Hernández, señalado por fiscales federales en Nueva York de tener vínculos con grupos de narcotráfico. Hernández ha negado los señalamientos.
La subsecretaria de Democracia y Derechos Humanos del Departamento de Estado, Uzra Zeya, afirmó este martes antes de iniciar los eventos relativos a la cumbre que en Estados Unidos tienen «varias preocupaciones acerca de la dirección de los esfuerzos por la ley, la gobernanza y el combate a la corrupción” en Centroamérica.
Consenso bipartidista en EE.UU. sobre el asunto
Honduras tuvo elecciones el 28 de noviembre y la presidente electa, Xiomara Castro, logró un robusto apoyo popular. Castro llegará en enero al ejecutivo hondureño con una agenda distinta y sin ningún vínculo con el gobierno de Hernández, de quien ha sido clara opositora, lo que abre una ventana de oportunidad para trabajar con Estados Unidos, dijo Cynthia Arnson, directora del Programa Latinoamericano del Centro Woodrow Wilson, en Washington.
Guatemala y El Salvador, por su parte, han visto el deterioro progresivo de sus relaciones con EE. UU., el principal socio estratégico y comercial de la región.
Guatemala no gana confianza en cuanto al combate a la corrupción e impunidad, y la persecución contra fiscales y jueces que intentan meter diente al problema, ha zanjado la división. El Salvador camina por un sendero aún más irreconciliable con Washington, según Arnson.
“La no inclusión manda un mensaje fuerte de condena e inconformidad. Pero en al menos dos de los casos, El Salvador y Nicaragua, los presidentes no hacen caso de lo que opina Estados Unidos”, dijo la experta.
En EE. UU. se ha consolidando un consenso entre demócratas y republicanos sobre las preocupaciones alrededor de estos gobiernos de la subregión, lo que dista de pensar que es una decisión propia de la administración del presidente Joe Biden, aunque existan matices en el abordaje del asunto, dijo Arnson.
“Hay consenso bipartidista acerca de la naturaleza de estos gobiernos, aunque algunos dirían que la exclusión de los gobiernos del Triángulo Norte fue un error, por la necesidad practica de tener que buscar su cooperación en otras áreas, tal como el control de la migración o el combate al narcotráfico”, agregó.
Reacciones desde Centroamérica
Solo Costa Rica y Panamá representan a Centroamérica en la cumbre convocada por la Casa Blanca para este jueves y viernes. En la región se hacen distintas lecturas y las posturas también son diversas.
El diario La Prensa, de Nicaragua, publicó esta semana un análisis sobre las implicaciones para el país y la región de estar relegados en parte de los temas globales que impulsa Estados Unidos.
El experto Jason Poblete explicó al medio nicaragüense desde Estados Unidos que “no hay comparación” entre los tres países del Triangulo Norte y Nicaragua “donde hay una dictadura”, por lo que considera que la decisión de la administración Biden de excluir a Guatemala, Honduras y El Salvador, es una decisión política.
“[Estados Unidos] está potencialmente creando una división innecesaria(…) no tiene nada que ver con el mérito del país o no», opinó Poblete.
Sin embargo, el analista Tiziano Breda, de la organización Internacional Crupo Crisis, sí cree que hay elementos para sustentar la decisión de Estados Unidos de excluir a los tres países, además de Nicaragua, del evento.
“Estas tendencias que quizás en Nicaragua se han cristalizado y han llegado a su extremo, en cuanto a concentración, presencia, influencia en todos los poderes del Estado y represión de la disidencia, todos los elementos primordiales que van en la misma dirección están presentes de alguna u otra forma en esos tres países», dijo Breda.
El presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, en visita a Washington esta semana, criticó la exclusión de su país de la reunión virtual de los 110 mandatarios.
Dijo que, pese a las diferencias con la administración Biden, Guatemala se considera “socio y amigo” de Estados Unidos, y que su presencia en Washington –sin confirmarse reuniones con funcionarios de la administración Biden- es un signo de buena voluntad suyo para trabajar juntos.
Giammattei expresó que desconocía el contenido de la Cumbre.
“Vine a los EE. UU. a decirles que allá hay un país que está cerca de ustedes, que nosotros podemos hacer mucho por EE. UU., pero que no vamos a permitir tampoco que nadie pueda llegar a exigirnos a nosotros que adoptemos cosas que vayan en contra de nuestra creencia, de nuestra fe y de nuestras leyes, nos cueste lo que nos cueste”, dijo Giammattei este martes al disertar en el Instituto por la Salud de la Mujer en Washington.
La oficina de Prensa de la Casa Presidencial de El Salvador y la de Comunicaciones de la Cancillería de Honduras no respondieron a solicitudes de comentario de Voz de América.