La energía eólica constituye una parte crucial de la transición a las energías renovables. Pero se enfrenta a fuertes críticas por parte de algunos sectores de la sociedad. ¿Qué hay de cierto en ellas?
A medida que las redes eléctricas dependen cada vez más de la energía eólica, las críticas arrecian. Se afirma que el infrasonido que producen puede dañar la salud. Y muchos consideran que estas imponentes instalaciones son una plaga en el paisaje. También se cuestionan los riesgos para la fauna y flora silvestres y algunos ven desigualdad en el reparto de los beneficios.
¿Arruina la energía eólica el paisaje?
Los parques eólicos alteran sin duda el paisaje. Las turbinas son cada vez más altas y las aspas alcanzan ahora longitudes de hasta 250 metros. Con buen tiempo, las estructuras de color gris brillante son ciertamente visibles, pero eso también sucede con otras formas de generación de energía. Las minas de carbón pueden engullir pueblos enteros y arrasar bosques, mientras que las líneas de transmisión de alta tensión atraviesan los paisajes, y el humo y el vapor de las altísimas chimeneas de las centrales eléctricas y las chimeneas de refrigeración pueden elevarse muchos kilómetros hacia el cielo. En comparación, las turbinas eólicas son limpias y no emiten partículas, mercurio ni dióxido de carbono.
En comparación con el resto del mundo, la densamente poblada Alemania tiene una industria eólica bien desarrollada, que satisface casi un tercio de su demanda interna. Y la aceptación de la energía eólica es alta, ya que el 80 por ciento de la población dice que un mayor desarrollo de los parques eólicos es «algo importante». Alrededor del 47 por ciento dice que tener un parque eólico en la vecindad es «algo bueno», o «muy bueno».
¿Enferma el ruido de los parques eólicos?
Cuando hay vientos fuertes, los parques eólicos son más ruidosos. A pleno rendimiento, los niveles de ruido pueden alcanzar los 105 decibelios en el buje de la turbina, que está a 100 metros de altura. Eso es más o menos el mismo ruido de una excavadora. En un radio de 250 metros, el nivel de ruido es de unos 45 decibelios, más o menos lo mismo que el susurro de un bosque. Y en un radio de 500 metros, con una carga completa, el nivel de ruido se reduce a 40 decibelios, lo que podría compararse con una lluvia ligera.
La Organización Mundial de la Salud recomienda un nivel máximo de exposición al ruido de 45 decibelios de los parques eólicos en zonas residenciales. En Alemania, la ley permite un máximo de 40 decibelios por la noche y 55 durante el día. Eso es más o menos el mismo volumen generado por el tráfico normal de las calles. Por ello, los parques eólicos en Alemania no pueden construirse demasiado cerca de las zonas residenciales.
Además, los parques eólicos emiten un sonido de muy baja frecuencia por debajo de los 20 hercios, conocido como infrasonido. El oído humano no puede oír esas frecuencias tan bajas. Estos infrasonidos también los producen las cascadas y las olas del mar, o máquinas como vehículos, calefactores, bombas y aparatos de aire acondicionado.
¿La energía eólica daña a las aves y a la naturaleza?
Los parques eólicos, al igual que las carreteras y los edificios, son una intrusión en la naturaleza, ya que tienen cimientos de hormigón que se hunden varios metros en el suelo. Además, sus aspas pueden matar a murciélagos y a pájaros que vuelan alto, una realidad que sus detractores utilizan a menudo para argumentar en contra de esta forma de energía renovable.
Para luchar contra la crisis climática y preservar la biodiversidad, grupos ecologistas han pedido la expansión de la energía eólica. La transición a las energías renovables es «también crucial para la preservación a largo plazo de la biodiversidad», según un documento conjunto de grupos ecologistas alemanes.
La Unión para la Conservación de la Naturaleza y la Biodiversidad (NABU) calcula que los parques eólicos matan más de 100.000 aves al año en Alemania. Pero se trata de una cifra relativamente baja en comparación con otros peligros.
Los edificios cubiertos de cristal matan cada año unas 1.000 veces más aves (108 millones) que los parques eólicos. Unas 700 veces más (70 millones) mueren en colisiones con coches, camiones y trenes, mientras que 20 veces más (2 millones) pierden la vida por culpa de los tendidos eléctricos y 10 veces más (1 millón) mueren por culpa de la caza. Y solo los gatos domésticos ya son responsables de la muerte de unos 60 millones de aves en Alemania cada año.
¿Es la energía eólica poco fiable?
A veces el viento simplemente no sopla, lo que significa que los rotores permanecen inactivos y no se puede generar energía. Por ello, una red eléctrica fiable requiere formas adicionales de producción y almacenamiento de energía.
Noruega y Costa Rica ya tienen redes eléctricas completamente renovables. Además de la energía eólica, utilizan la hidroeléctrica, la geotérmica, la biomasa y la energía solar.
Estas otras energías renovables también pueden complementar la energía eólica en otras partes del mundo. Dependiendo del lugar, es posible una combinación diferente de fuentes de energía. En algunas zonas, esto requiere plantas de hidrógeno verde y baterías a gran escala.
¿Solo se benefician los ricos?
La construcción de un gran parque eólico en tierra (6 MW) cuesta entre 8 y 12 millones de euros (entre 9 y 13,5 millones de dólares) y produce electricidad por entre 4 y 8 céntimos de euro por kilovatio hora.
El potencial de ganancias de los parques eólicos es tentador, con posibles rendimientos de más del 10 por ciento. Las grandes empresas se benefician de ello, pero también lo hacen los servicios públicos municipales y las cooperativas locales. Sin embargo, los parques eólicos pueden provocar rechazo si la población local no ve esos beneficios. Por ello, los proyectos lanzados por inversores externos suelen fracasar con frecuencia. La aceptación es mayor cuando los ciudadanos locales pueden invertir ellos mismos en el proyecto y tener una participación en los beneficios.
(gg/ms)