La nueva infraestructura beneficiará directamente a 194 alumnos.
Desde hace más de diez años los alumnos del Centro Escolar Caserío Tamasha, Cantón El Corozo de San Francisco Menéndez estudiaban en salones de clase provisionales que habían cumplido su vida útil. Las paredes se encontraban agrietadas, las vigas de madera que sostenían los techos estaban deterioradas y además, en invierno la lluvia inundaba las aulas, porque las ventanas únicamente estaban cubiertas por mallas para gallinero.
Debido al peligro que estaban expuestos los estudiantes por la falta de infraestructura adecuada, a inicios de este año el país asiático decidió apoyar esta institución educativa.
Unión de esfuerzos
Tras seis meses de trabajo la Embajada del Japón en El Salvador inauguró esta semana las obras en esta escuela.
Bajo el programa de Asistencia Financiera No- Reembolsable para Proyectos Comunitarios de Seguridad Humana (APCS), el gobierno japonés financió la construcción de dos aulas, un módulo de servicios sanitarios, realización de obras exteriores y reparaciones de las instalaciones existentes.
En vista a las múltiples carencias de infraestructura, diversas instituciones se sumaron a esta iniciativa.
Para garantizar la seguridad de los alumnos, el Ministerio de Educación (MINED) aportó fondos para la instalación de una cerca perimetral. La alcaldía municipal contribuyó con la construcción de una cocina bodega, ya que el centro de estudios no contaba con un lugar apropiado para preparar, ni almacenar alimentos. Mientras que a Asociación Conjunta para el Desarrollo Integral “Ahuachapán en Marcha” (ACDIAM) donó la carpeta técnica y brindó asistencia técnica durante la ejecución del proyecto.
La inversión total de las obras fue de $119,913.42 dólares, de los cuales $81,728.00 fueron aportados por Japón; $12,413.42 por la municipalidad; $8,000.00 por ACDIAM; $11,672.00 por el MINED, y $6,100.00 por la comunidad educativa en concepto de mano de obra no calificada.
A través de este proyecto, Japón contribuye a que más salvadoreños estudien en un condiciones adecuadas; y de este modo, promueve la denominada “seguridad humana”, un concepto que insta a proteger el derecho de la gente a llevar una vida feliz y digna, libre del temor y la miseria, a través de