¿Dónde y por qué hay contagios de lepra en América Latina? - Periódico EL Pais

¿Dónde y por qué hay contagios de lepra en América Latina?

Brasil encabeza los casos de lepra en América Latina

Los nuevos casos en México han puesto el foco sobre esta enfermedad, aunque las infecciones han bajado drásticamente en todo el continente. Los expertos abogan por más vigilancia para hacer un diagnóstico temprano.

Conocida en el mundo académico como enfermedad de Hansen, la lepra ha ido disminuyendo su presencia en todo el globo, pasando de más de 5 millones de casos en la década de 1980 a 133.802 casos registrados en 2021, según los últimos datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS)América Latina ha experimentado la misma tendencia a la baja, aunque algunas regiones, como BrasilParaguay o Colombia, concentran una tasa mayor de casos.

«La lepra mantiene su estatus de desafío en términos de salud pública en varias partes del mundo, especialmente en naciones en desarrollo», dice a DW el Dr. Miguel Ángel Cáceres Durán, investigador en la Universidad Federal de Pará, en Brasil.

México ha sido el último en informar de nuevos casos. Según un boletín publicado por la Secretaría de Salud del gobierno mexicano, en la semana epidemiológica del 16 al 22 de julio de este año se identificaron 12 municipios como «prioritarios para lepra», concentrados en un total de siete estados: Jalisco, Michoacán, Morelos, Nuevo León, Oaxaca, Sinaloa y Yucatán. Así y todo, el cómputo nacional de lepra en México -que data de finales de 2022- se sitúa en los 300 casos registrados, 35 menos que a cierre de 2021. Pese a esa leve disminución interanual, y a que además se haya registrado un descenso del 98% con respecto a 1989, México «continúa a nivel nacional ‘en vías de la eliminación de la lepra como problema de salud pública'», dijo el organismo.

Brasil encabeza los casos de lepra en la región

Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la situación de la lepra en Latinoamérica ha mostrado una tendencia a la baja en la última década. Entre 2005 y 2019 hubo una disminución del 28% en el número de nuevos casos detectados, de 41.780 a 29.936. Entre 2019 y 2020, una del 36,3%. No obstante, en 2021, el número de nuevos casos aumentó ligeramente, hasta los 19.826 (631 casos más que el año anterior).

Tal y como explica a DW Santiago Nicholls, asesor regional en enfermedades infeccionas desatendidas de la OPS, en 2021, de 49 países y territorios, 22 notificaron casos nuevos de lepra, la gran mayoría, el 92% (18.318) en Brasil. Tras este país, los últimos datos de regiones con mayor incidencia de casos de lepra se reportaron en Paraguay (281), Colombia (272), Venezuela (239), República Dominicana (148), Argentina (143), México (133) y Cuba (81).

Nicholls destacó que Uruguay, algunos países de Centroamérica y varias islas del Caribe Oriental «son candidatos para eliminar la transmisión de la lepra en los próximos 5 años».

Para Cáceres Durán, genetista y biólogo molecular, estas cifras «no resultan suficientes» y recalca que «la falta de notificación de casos no equivale a la inexistencia de la enfermedad».

«Vigilancia activa»

En entrevista con DW, Cáceres Durán atribuye la persistencia en la transmisión de lepra a que esta realmente no sea una enfermedad erradicada, y a la ausencia de una vacuna específica, así comoa  que su diagnóstico presenta dificultades.

«Existen pocos especialistas capaces de realizar un diagnóstico adecuado, y, generalmente, es común que los pacientes busquen atención especializada cuando la enfermedad ya se encuentra en estado avanzado, ocasionando daños irreversibles en muchos casos»,  señala.

Por ese motivo, aboga por realizar diagnósticos tempranos. «Es de suma importancia mantener una vigilancia activa», sostiene. El investigador ve posible que el número de nuevos diagnósticos siga estancado e incluso aumente, a menos que las instituciones sanitarias implementen estrategias de intervención a nivel global.

En comentarios para DW, la Dra. Mirna Patricia Salomón, médico epidemióloga en la República Dominicana, también puso el acento en las acciones de vigilancia, y en capacitar al personal de salud para notificar de forma temprana.

Enfermedad y tratamiento

La lepra es causada por las bacterias Mycobacterium leprae y Microbacterium lepromatosis. Una enfermedad transmisible, aunque poco contagiosa, según indica la OPS. «Para que una persona se infecte se requiere el contacto cercano y prolongado, durante meses o años con una persona infectada», señaló Nicholls.

«Los síntomas iniciales son manchas claras u oscuras en la piel que resultan en lesiones y pérdida de sensibilidad en la zona afectada», dice el organismo. Y si bien los avances médicos han hecho que la lepra en la actualidad sea menos peligrosa, de no ser tratada, puede provocar «deformidades, daños nerviosos, oculares y algunas otras manifestaciones sistémicas», señala Cáceres Durán.

La OPS recalca que todos los casos nuevos se pueden curar, y que el tratamiento -proporcionado de forma gratuita – consiste en una combinación de tres antibióticos – dapsona, rifampicina y clofazimina -que se dan en ciclos de 28 días continuos durante 6 o 12 meses.

La OMS calificó la lepra es una enfermedad tropical «desatendida», y en abril de 2021 puso en marcha la «Estrategia mundial contra la lepra 2021-2030 ‘Hacia cero lepra'», con el objetivo de ampliar la prevencion, combatir la enfermedad en países donde es endémica, así como el estigma derivado de la misma.

(cp)