El primer día de la Cumbre Virtual por la Democracia abordó la participación de las mujeres en la política y la violencia de género.
El conversatorio “La condición de las mujeres para promover un estado democrático” reunió a mujeres líderes políticas, como la primera ministra de Suecia, Magdalena Andersson, y Nelly Mutty, la primera mujer en presidir el parlamento de Zambia, quienes expusieron los cambios impulsados en sus naciones para reducir la desigualdad de género.
“Cuando hay desigualdad de género hay un alto nivel de pobreza, de violencia y también de autoritarismo”, dijo la embajadora y representante comercial de Estados Unidos, Katherine Tai.
El Banco Mundial estima que la participación de las mujeres en la fuerza laboral disminuyó del 51% en 2000 al 48% en 2019. Y aunque se han efectuado más de 1.500 reformas en los últimos 50 años en varios países, las mujeres solo gozan de las tres cuartas partes de los derechos legales concedidos a los hombres, según un informe de la entidad.
En el conversatorio, Suecia y Zambia expusieron dos realidades distintas. Mientras Suecia fue el primer país en proclamar una política exterior feminista a la que luego se sumaron otros países como Canadá, Francia, Luxemburgo y otros, Zambia por el contrario acaba de nombrar a su primera mujer al frente del parlamento. Y con ello, los retos son grandes.
Mutti, la presidenta del parlamento de ese país, expuso que aunque el 50% de la población en Zambia es mujer, la participación de las mujeres en la política es baja.
“El país ha quedado rezagado con la participación cívica de las mujeres. La participación llegó a un 15% en 2021”, dijo.
“Mi agenda inmediata es promover una reforma constitucional que busque una representación proporcional y también una participación activa de las mujeres en la política”, agregó.
La primera ministra Andersson, por su parte, expuso tres reformas hechas en ese país para reducir las brechas de género: el acceso a cuidado infantil para que las mujeres que desean laborar tengan oportunidad de hacerlo; división de trabajos entre el padre y la madre —el Banco Mundial estima que las mujeres dedican tres veces más tiempo que los hombres a la prestación de cuidados sin remuneración— y un sistema de vacaciones igualitario.
“Las naciones deben decidir si quieren representación igualitaria o no. No tiene sentido, desde el punto de vista económico, excluir a la mitad de la población del mercado laboral”, agregó.
Otro de los cambios en su gobierno es que cada ministerio debe hacer una evaluación sobre la situación de la igualdad de género en sus áreas.
El conversatorio, dividido en dos etapas, no solo abordó la promoción, la participación y el liderazgo político y cívico de las mujeres como elemento vital de la democracia, sino también tocó las barreras para contrarrestar la violencia de género en todas sus formas.
Danica Roem, delegada del Estado de Virginia, expuso que los gobiernos deberían trabajar de la mano con las plataformas virtuales para regular la violencia en línea.
“Están permitiendo que otras personas promuevan mensajes de odio. Si usted es anunciante o publicista e identifica esa práctica, deje de anunciarse con ellos”, expresó.
Estados Unidos está por lanzar una iniciativa en contra del acoso en línea y con ello trabajará una coalición mundial para mejorar las respuestas sobre la violencia de género en internet, dijo la representante comercial, Katherine Tai. “Eso va a complementar lo que ya tenemos establecido en nuestra estrategia de género nacional”, dijo.
Violencia de género, causa de migración
En América Latina, las tres tasas más elevadas de feminicidio se registran en Honduras, República Dominicana y El Salvador. El primero tiene una tasa de 4,7, el segundo de 2,4 y el tercero de 2,1 por cada 100.000 habitantes.
La Agencia de la Organización de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) afirmó que la violencia de género es una de las principales razones por las que mujeres y niñas del Triángulo Norte de Centroamérica se ven obligadas a migrar.
El organismo calificó la violencia que viven las mujeres y personas de la comunidad LGBTIQ+ en El Salvador, Guatemala y Honduras como “alarmante” e instó a los gobiernos de esos países a tomar acciones que frenen el flagelo.
“Es inaceptable que la violencia de género siga expulsando a las mujeres, niñas y personas LGBTIQ+ de sus hogares (…). Las autoridades nacionales deben garantizar su acceso al asilo y a la protección, así como ampliar las medidas de prevención y respuesta”, señaló Gillian Triggs, Alta Comisionada Auxilicar para la Protección de ACNUR.
La organización también señaló que las pandillas MS13 y Barrio 18, que suman más de 70.000 miembros, suelen atacar y forzar a mujeres y niñas a la esclavitud sexual.