La cumbre de los 27 jefes de Estado y de Gobierno de la UE en Bruselas culminó con ciertos avances hacia una gobernanza económica común y con una España –que culmina su presidencia rotativa- en capilla.
Que durante la Cumbre no se iba a hablar de la crisis española, aseguraba Jean Claude Juncker, primer ministro de Luxemburgo y presidente del eurogrupo, antes de empezar el Consejo de los 27 jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea en Bruselas. Y efectivamente hubo otros temas, pero el plato fuerte fue la crisis financiera, económica y monetaria. Se trata de encontrar una postura común en cuanto a las medidas a adoptar para que tanto la zona euro como el ámbito entero de la unión europea remonten después de los efectos de la crisis económica y para paliar la crisis del euro.
Una de las conclusiones adoptadas en este encuentro es endurecer las sanciones contra los socios con déficits excesivos. Otra punto en que se han puesto de acuerdo es en medidas para fomentar algo que el jefe del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, pronunció varias veces como un conjuro mágico: transparencia.
Datos bancarios a la luz
Antes del Cumbre se dio a conocer la propuesta de la Comisión Europea para hacer públicos los “test de esfuerzo» al sector bancario europeo en general. Esta propuesta, surgida del ejemplo español, fue uno de los principales asuntos tratados y convenidos por los 27 a realizarse a mediano plazo. La transparencia, así Rodríguez Zapatero, ayudará a contrarrestar “las turbulencias originadas en los rumores y las especulaciones”. Pocas horas antes, corría el rumor de que España seguiría a Grecia en el pedido de ayuda al FMI y a los socios europeos.
Los socios apoyan a España
Para contrarrestar los rumores, los socios europeos no tardaron en dar un espaldarazo a Madrid: la canciller alemana, Angela Merkel, alabó el plan de ajustes español, Jean Claude Juncker calificó de sólido su programa fiscal, el presidente del Parlamento Europeo, Jerzy Buzek, expresó su confianza en que España superará el momento difícil. Y para rematar esta acto de fe, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, declaró al final de la cumbre: Tenemos confianza en las autoridades españolas. No creemos que haya problemas».
¿Pasos para evitar la siguiente crisis?
Como fuere, deseo o realidad, el presidente permanente de la Unión Europea, Hermann van Rompuy, inició y terminó la jornada con un guiño: ésta es la primera cumbre “normal” en la que él participa (el cargo de presidente permanente del Consejo existe sólo desde enero, cuando entró en vigor el Tratado de Lisboa). Con normal se refiere a un encuentro regular y no motivado por la urgencia de apagar incendios, pero sí orientado a prevenirlos.
Así, los 27 –después de vencer las reticencias británicas sobre todo que no querrían arruinar su parqué financiero con medidas restrictivas- han llegado al acuerdo de crear una tasa a las entidades financieras. Ésa es una de las propuestas que llevarán los europeos a la reunión del G-20 en Toronto a fines de mes. A la pregunta de cómo pensaban convencer de esta medida restrictiva a las 20 economías más fuertes del mundo, el belga van Rompuy respondió: “La estrategia para convencerlos es tener una postura común. Y si el G-20 no quiere, avanzaremos igual”.
¿Comisión contra Francia y Alemania?
Este nuevo sistema de goberrnanza económica, así el presidente del ejecutivo comunitario, José Manuel Durao Barroso, podría entrar en vigor a comienzos del año entrante. Para ello, “la Unión Europea no requiere de instituciones nuevas, sino de mayor acuerdo entre los socios. Esto hacía alusión a la posición defendida por el presidente francés, Nicolás Sarkozy, de crear un secretariado financiero para los 16 países de la zona euro, una idea que la canciller germana había ampliado a los 27 miembros de la UE.
Bildunterschrift: Großansicht des Bildes mit der Bildunterschrift: David Cameron, primer ministro británico, y José Manuel Durao Barroso, presidente de la Comisión Europea.Un semestre movido
Así las cosas -y con un presidente Zapatero que se ve obligado en cada intervención a subrayar la solvencia española y a defender las reformas de su gobierno-, España termina un semestre de presidencia rotativa bastante singular: la entrada en vigor del nuevo documento que rige la vida comunitaria fue como un viento que revolvió funciones y competencias en las instituciones europeas; la crisis del euro lo convirtió en vendaval.
Por último, como estaba anunciado, en esta cumbre no sólo se habló de crisis y economía: otro tema de este semestre fue aprobado durante la cumbre: la agenda 2020. Ésta –el hilo conductor de la acciones de la Unión Europea para el siguiente decenio- se propone el crecimiento; “éste se logra con confianza”, aseveró Barroso. ¿Y cómo se logra la confianza? A ello respondió el presidente Zapatero: “promoviendo la transparencia».
Fuente: Deutsche Welle
Autora: Mirra Banchón
Editor: Pablo Kummetz