El bosque nebuloso de Montecristo es un biodiverso, frágil ecosistema y única fuente de agua dulce
para millones de seres vivos en Guatemala, Honduras y El Salvador. (1)
MONTECRISTO Y EL AGUA
La vegetación del bosque nebuloso condensa el agua de la densa niebla que sobre él se posa durante los
meses de verano. (2)
El agua es “guardada” en una capa de hojarasca que hace la función de una enorme esponja. El
agua luego es liberada, poco a poco, alimentando nacimientos, ríos y otros importantes ecosistemas
naturales montaña abajo. (3)
MONTECRISTO Y LA BIODIVERSIDAD
Millones de organismos vivos que son parte de este exquisito ecosistema, dependen de la conservación
de su integridad física total y sus condiciones únicas de altitud, humedad, temperatura aquí existente
para su sobrevivencia. (4)
Incendios, tala, agricultura, ganadería, reforestación, especies invasoras, fragmentación, erosión y todo
lo que de alguna forma limite, remplace, cambie, transforme o destruya su hábitat también destruye su
biodiversidad. (5)
Aunque la llamada “Región Trifinio” cubre una extensión de 7,367 Km2, Las condiciones que permiten la
existencia del bosque nebuloso de Montecristo, sólo se encuentran entre los 2000 a 2350 msnm y tiene
una extensión total aproximada de 2,800 hectáreas.(Oliver Komar) (6)
Sin embargo, la salud y sobrevivencia del bosque nebuloso también depende directamente de la
salud de las 15,000 hectáreas de bosque húmedo de pino-roble que lo rodea y protege (área de
amortiguamiento). (7)
Guatemala, Honduras y El Salvador, reconocieron la importancia de este vital ecosistema y
en 1986, con el apoyo de la comunidad económica europea se creó el Plan Trifinio. Así, se
establece en el texto de la declaratoria: (8)
“La Región del Trifinio es considerada estratégica por la riqueza de los recursos naturales
que en ella existen…… Las riquezas más importantes de la Región son la producción de
agua y la diversidad biológica de los ecosistemas”. (http://www.sica.int/trifinio/trifinio/
breve_trifinio.aspx?IdEnt=140) (9)
«En 1987, nuestros gobiernos acordaron el Plan Trifinio y, a través de la Comisión Trinacional del
Plan Trifinio, firmaron una declaración para proteger los ecosistemas de esta región y cada país tenía
el mandato de establecer su área protegida, Guatemala, la reserva de la biosfera «la fraternidad»;
Honduras, el Parque Nacional Trifinio-Montecristo; y en El Salvador, el Parque Nacional de Montecristo».
(10) http://www.elsalvador.com/mwedh/nota/nota_completa.asp?idCat=8613&idArt=3565264
Esta visión inicial, de proteger este ecosistema como “indivisible” funcionó todo lo contrario: fragmentó
el ecosistema y definió la futura destrucción del mismo. La protección se concretó únicamente
a la conservación de 300 hectáreas de bosque nebuloso y 1000 hectáreas de bosque pino-roble
comprendidos dentro de los límites del Parque Nacional de Montecristo, lo que representa una
minúscula parte del ecosistema. (11)
El resto, 16,500 hectáreas que son propiedad privada de cientos de personas en tres países diferentes,
no han sido objeto de programa alguno que las proteja, no se han considerado parte critica del
ecosistema y la invaluable biodiversidad que albergan es diezmada por talas, incendios, erosión,
contaminación, extracción de especies y programas de reforestación, siembra de café, hortalizas, pastos
mejorados para la ganadería en detrimento del ecosistema y su biodiversidad.
“ Un estudio realizado en base a imágenes de satélite muestra que en el área donde el Trifinio coincide
con la cuenca alta del río Lempa, de 1996 a 2000 la cobertura boscosa se redujo en 16.6% y los
pastizales se incrementaron en 23.85%”. (Gira de evaluación de los peligros naturales en el Parque
Nacional Montecristo. 29 de julio de 2009 – Comisión Trinacional del Plan Trifinio)
“Caudales en el Trifinio se Redujeron 30% en 15 años” (http://www.laprensagrafica.com/el-salvador/
social/180413-caudales-en-el-trifinio-se-redujeron-30-en-15-anos.html)
Aunque se habla de la importancia de la biodiversidad de Montecristo, la visión del mismo ha sido
miope, ninguno de los organismos trabajando en el área ha visto al ecosistema del bosque nebuloso
como un todo y ninguno de los programas hasta ahora ejecutados fuera del parque han tenido o tienen
como objetivo la conservación del bosque natural o su biodiversidad.
Los fondos recibidos se han usado en programas de desarrollo humano y han abierto carreteras hasta
remotas áreas de bosque virgen, haciéndolas vulnerables y contribuyendo al avance de la frontera
agrícola.
Programas que impulsan el turismo ecológico, en zonas altamente frágiles, han dotado de instalaciones
a personas que no son propietarias de los bosques, confrontando a los propietarios que luchan por
protegerlos con los vecinos que tratan de explotarlos.
Programas de reforestación y siembra de café han remplazado la biodiversidad del bosque natural, que
produce agua, por sedientos monocultivos que ahora ocupan miles de hectáreas en las más sensibles
áreas de amortiguamiento indispensables para la sobrevivencia del ecosistema. (4500 Plan Trifinio)
Los campesinos propietarios de bosque natural, que no reciben compensación alguna por los
valiosos servicios que proporcionan, perciben el bosque como una innecesaria responsabilidad y
sistemáticamente lo eliminan.
Nuestro Montecristo fragmentado, lacerado, enfermo, continúa siendo incendiado, talado, depredado y
en poco tiempo se enfrentará a un reto todavía más grande: el calentamiento global.
Comencemos por donde debíamos haber comenzado hace 25 años; el objetivo debe de ser uno solo,
inequívoco, impostergable: devolverle al ecosistema del bosque nebuloso las 17,000 hectáreas que
legítimamente le pertenecen y darle el tiempo que necesita para que su biodiversidad se recupere sola.
Necesitamos un programa de pago por servicios ambientales para que aquellos propietarios que han
protegido sus bosques tengan una compensación justa por el uso de su tierra.
Necesitamos un programa de compra de bosques, para aquellos propietarios que les interese venderlos.
Un programa de rescate de áreas de vital importancia para el ecosistema revirtiendo la reforestación,
agricultura o ganadería.
Un programa de prevención de derrumbes y mitigación de cárcavas.
El precio que tendremos que pagar es poco, si consideramos que de la vida del Bosque Nebuloso de
Montecristo depende nuestra propia subsistencia.
QUIENES SOMOS
La Familia Figueroa Sandoval ha estado ligada y protegido el bosque natural en Montecristo por cinco
generaciones. Como Fundación Enrique Figueroa Lemus, hemos trabajado arduamente y en los últimos ocho años, hemos
adquirido y protegemos 375 manzanas de bosque nebuloso y área de amortiguamiento en la parte alta
de Montecristo.
Somos una organización local, conocemos y amamos Montecristo y su biodiversidad y tenemos
experiencia y deseo de trabajar. Los invitamos a unirse a este esfu
Escríbanos «Silvia Figueroa» <cielomaya@gmail.com>