
El pasado domingo 2 de agosto, en Santa Ana, se llevó a cabo por primera vez, una de las carreras más extremas para los runners; la Carrera Tecana & Santa Lucía Apache Trail Race.
A la carrera se hicieron presente niños, jóvenes, adultos y personas de la tercera edad, todos con el objetivo de terminar la carrera y demostrar su resistencia. Las categorías en las que se dividía la carrera eran: 8 kilómetros, 15 kilómetros y 30 kilómetros, este último se le consideraba como un desafío salvaje, ya que su recorrido constaba en subir y bajar los cerros Tecana y Santa Lucía.
Este desafío fue a beneficio de la Asociación Amigos de Perros Abandonados de Santa Ana (AAPASA), éste evento deportivo contó con la participación de 200 personas, las cuales procedían de lugares como: Guatemala, San Salvador, así como Trail Runners, Atiquizaya Runners, Congo Runners, Santa Ana Runners, Addict Runners y Aleros Runners.
La carrera dio inicio en las afueras de la Escuela Cristiana Oasis (ECO), a las 8:00 de la mañana y tuvo como meta el Instituto Nacional de los Deportes de El Salvador (INDES), en donde a todos los participarían se les entregó un kit, el cual incluía: camisa, hidratación, número, regalos de los patrocinadores y una medalla como reconocimiento por haber superado tan exigente prueba.
A la categoría de 30 kilómetros se realizó una premiación especial por la gran exigencia de ésta; los premios fueron de 125 dólares para el primer lugar, 75 dólares para el segundo y 50 dólares para el tercero.
Los ganadores de la categoría 30 kilómetros masculinos fueron: Primer lugar, Rene Amílcar Castillo; segundo lugar, Erick Saz y tercer lugar Mario Campos. Siempre en la misma categoría pero en el área femenina, las ganadoras fueron: primer lugar Ana Gladis Ramírez; segundo lugar, Verónica Sánchez y tercer lugar Idelma Delgado.
El próximo evento que se realizará en la ciudad de Santa Ana será en el mes de septiembre en donde se espera que varias personas incluidas los runners del área de occidente asistan a estas actividades físicas.
Por: Rodrigo Zetino