Preocupados. Así se muestran las autoridades del Centro Escolar INSA en la ciudad de Santa Ana ante la amenaza que representa el desgaste del suelo de la barranca “El Chupadero” y que ya ha minado algunos sectores y ha puesto en riesgo la integridad física de algunos estudiantes. Según el director del INSA, Lic. Ismael Quijada, este es un problema muy complejo que se viene arrastrando desde hace varios años y para lo que se ha solicitado la ayuda del MOP, Gobernación, la Alcaldía y el Ministerio de Educación, “Como que aun no hemos hecho conciencia de la magnitud del problema” comenta Quijada. La fuerza con la que corre el caudal del agua lluvia por la barranca es muy fuerte, a tal grado que un sector del taller de electrotecnia ya ha sufrido daños y el suelo continúa recibiendo humedad en cada invierno, para evitar una desgracia el INSA invirtió un aproximado de 16 mil dólares en la colocación de una malla perimetral en la zona más dañada, sin embargo esto no ha sido suficiente para contrarrestar el problema, “Es un proyecto millonario que por supuesto la institución no tiene los fondos suficientes” dijo el director. Hace dos años el Ministerio de Obras Públicas modificó el cauce de la quebrada, a pesar de esto la inseguridad continúa ya que con tormentas fuertes el agua retoma su trayecto normal y continúa minando la tierra, “La solución sería un muro perimetral en todo el costado del INSA, pero son varias cuadras y la suma de dinero es bastante fuerte” comentó el Lic. Quijada, quien agregó que el Ministerio de Educación ha ofrecido levantar 30 metros de muro, “Va a ayudar en las zonas más delicadas” dijo. Además de los daños que ha causado el agua en los talleres de electrotecnia, también las autoridades temen que la institución sea “partida en dos” y quede incomunicado la zona norte y sur, “Entre el Bachillerato Industrial y Bachillerato Comercial ya hay una parte del terreno que está intransitable, hay una calle interna que se usa para abastecer de material a los talleres y los vehículos entran por esa zona pero ya en poco tiempo no van a poder porque se está erosionando el terreno y está despareciendo” explico el Lic. Ismael Quijada. Afortunadamente este año las lluvias han sido menos intensas que inviernos anteriores, sin embargo este problema continúa agravándose y si no se pone manos a la obra se podrían ver afectados los cinco mil alumnos que reciben sus clases en la institución.