Don Chomo: “Les agradezco a mis
clientes por comprar mis panes”
Desde hace 20 años Don Héctor González, conocido por “Don Chomo”, recorre las principales calles del
centro de la ciudad de Santa Ana vendiendo panes de carretón. “Cariñosamente mis familiares me
llamaban Chomito o Chomo; hasta el momento las personas no me conocen por mi nombre”,
Nació el 1 de diciembre de 1945, en Jutiapa, Cabañas, pero desde muy niño vive en la Ciudad Morena.
“A mi papá le gustaba andar por todos lados y me trajo para Santa Ana cuando tenía cuatro años, aquí
me críe”. Fue la Ciudad Morena donde hizo su hogar y donde crío a sus 3 hijos y ahora a sus 4 nietos.
Antes de vender sus famosos panes, trabajó con doña Raquel Calderón 35 años en un almacén; después
se desempeñó como cocinero en un conocido restaurante ubicado en el Lago de Coatepeque;
posteriormente estableció un cafetín llamado “Mi Nena”, el cual estaba ubicado sobre la 9ª. Calle
Poniente.
La Corte de Cuentas y el Ministerio de Trabajo, son algunas de las instituciones donde vende sus panes.
Entre las especialidades que sus clientes pueden degustar están: carne de soya, mortadela y de frijol con
mortadela, dichos panes van acompañados de repollo, escabeche, mostaza, mayonesa, salsa dulce y
chile picante. Don Chomo prepara los panes según el gusto del cliente.
“¿Cuántos?… Me voy”, es la frase que avisa a las personas que Don Chomo está en las afueras de las
instituciones, oficinas o casas, listo para preparar sus sabrosos panes de carretón.
“Los panes de Chomito son los mejores de Santa Ana, lo admiro por ser una persona trabajadora que
siempre tiene una sonrisa para nosotros los clientes”, resaltó Eduardo Aguirre, uno de sus clientes.
A sus 71 años de edad, Don Chomo, comienza su día desde muy temprano a trabajar para llevar el
sustento a su familia, convirtiéndose en un ejemplo de trabajo, perseverancia para las nuevas
generaciones.
Es así como Don Chomo, se ha ganado el cariño de todos sus clientes, y se ha convertido en un orgullo
para la ciudadanía en general. Y se siente un Santaneco de Corazón.