El Presidente de la Asamblea Legislativa de El Salvador, Sigfrido Reyes, fue uno de los principales ponentes este miércoles, del Panel “Centroamérica: El Tema de las Drogas y el diálogo colaborativo entre los poderes públicos”, actividad realizada durante el encuentro de legisladores centroamericanos, que se reunieron para analizar “La Actividad Legislativa y las Nuevas Alternativas para el Combate a las Drogas”.
El Presidente Sigfrido Reyes, en entrevista telefónica para la audiencia de AL Radio, 88.1 FM, informó que “hay un impulso fuerte para que todos los Estados asuman compromisos más firmes en esta problemática, así que nos encontramos acá discutiendo justamente el papel que pueden jugar los congresos, desde su función, para cooperar en esta estrategia global de combate y consumo de drogas…. Estamos queriendo expresar la experiencia propia como país, pero también conocer experiencias positivas que tienen otros países de la región en esta importante lucha”, afirmó.
Detalló además: «Estamos conociendo no solamente una propuesta que resulta de un informe elaborado por la OEA, que establece distintos escenarios a seguir, que incluye también mecanismos novedosos, imaginativos, que rompen con el esquema tradicional de ver el problema de la droga sólo como un problema de seguridad pública, un problema penal o policial. El problema de las drogas se puede resolver partiendo de una óptica de respeto a los derechos humanos y al Estado de Derecho, pero saliéndonos de los patrones que hasta ahora se han venido implementando, que establecen una presión sobre Centroamérica para hacer una lucha o una guerra contra las drogas, sin tener necesariamente el apoyo financiero, técnico, logístico, o de inteligencia, de aquellos países que son el principal mercado de consumo”.
Para Sigfrido Reyes: “esta es la oportunidad de tener un debate muy franco, muy abierto, con parlamentarios de la región y de otros países de nuestra América y con autoridades regionales, tanto de Centroamérica, como de la misma OEA, para poder arribar a algunas conclusiones que nos sean útiles”. El Presidente del Legislativo salvadoreño es acompañado por los diputados Antonio Almendariz, Presidente de la Comisión de Seguridad Pública y Combate contra la Narcoatividad y Benito Lara, miembro de ésta.
Este importante cónclave de legisladores centroamericanos se lleva a cabo en la ciudad de San José, Costa Rica, y ha sido promovido por la Secretaría de Asuntos Políticos de la Organización de los Estados Americanos (OEA), a través de su Sección de Apoyo a Instituciones Representativas, con la colaboración de Parlamentarios por las Américas (ParlAmericas) y del Foro de Presidentes y Presidentas de los Poderes Legislativos de Centroamérica y la Cuenca del Caribe (FOPREL).
Sobre el tema de este importante encuentro, la OEA argumenta que los nuevos escenarios regionales de debate alrededor del tema de la droga, no deben darse a espaldas de las instituciones legislativas, que son actores clave en la toma de decisiones, los acuerdos políticos, el diálogo y el cambio. Son estas instituciones las encargadas de debatir y decidir sobre leyes y reformas que se adapten a las nuevas evidencias empíricas y académicas de vanguardia en el tema de la droga.
Esta iniciativa surge a partir de que en la Cumbre de las Américas de la OEA realizada en el año 2012 en Cartagena de Indias, Colombia, surgió como propuesta por parte de los Estados Miembros, el encargar a la Organización la realización de un estudio vanguardista sobre la lucha contra las drogas, el cual debe alcanzar e informar sobre nuevas visiones y soluciones posibles a este problema que afecta a toda la región en su conjunto, a través de sus fases de producción, distribución y consumo.
En tal sentido, se considera que los congresos y parlamentos de la región se convierten en actores claves en el proceso de transición de un enfoque plenamente estadístico de destrucción de cultivos ilícitos y la penalización del consumidor, a un ámbito que tome en cuenta las necesidades propias de cada país en términos del impacto en la economía, las relaciones sociales, la seguridad, salud y gobernabilidad democrática. A la vez, esta transformación requiere de un constante acompañamiento por parte de instituciones internacionales políticas y académicas que apoyen desde una visión sin prejuicios este proceso.