Como preludio a la Feria del Libro de Fráncfort, la Asociación de Libreros Alemanes ha otorgado el premio a la novela del año. El galardonado, a pesar de ser conocido, es novato en las novelas.
Gritos de júbilo retumban en la Kaisersaal del ayuntamiento de Fráncfort después de que Heinrich Riethmüller, director de la Asociación de Libreros Alemanes, anunciase el ganador al Premio Alemán del Libro de 2014. Con su primera novela “Kruso” (editorial Suhrkamp), el escritor alemán Lutz Seiler se ha impuesto como merecedor al galardón.
“Seiler describe con gran lirismo y uso mágico del lenguaje el verano 1989 en la isla de Hiddensee: la antesala a la desaparición”, dice el jurado al pronunciarse sobre el libro. La obra reúne esperpentos, inconformistas, librepensadores y personas en general, quienes desean escapar de la RDA. Kruso, título ligado a la famosa novela de Defoe, Robinson Crusoe, se puede entender como una historia grandilocuente personal del histórico naufragio.
Literatura en el centro de atención
El jurado –siete miembros, conformado por libreros y críticos— leyó y discutió durante cinco meses, 176 obras provenientes de Alemania, Austria y Suiza. Tan sólo 6 obras llegaron a la final. A parte de la novela de Seiler, fueron nominadas las siguientes: “Pfaueninsel” de Thomas Hettches (Kiepenheuer & Witsch), “April” de Angelika Klüssendorf (Kiepenheer & Witsch),
“Panischer Frühling” de Gertrud Leutenegger (Suhrkamp), “3000 Euro” de Thomas Melle (Rowohlt Berlin) y “Der Allesforscher” de Heinrich Steinfest (Piper). Lutz Seiler ha recibido 25.000 euros de premio, mientras que los otros 5 finalistas han recibido 2.500 euros cada uno.
Más importante que el dinero en sí, es la atención que, tanto los autores como las casas editoriales, recibirán a raíz de la atención que genera el galardón sobre el público y los medios. Lectores, críticos, periodistas y libreros discuten de manera vibrante acerca de la lista de nominados. Siempre habrá alguien quien se oponga. Siempre quedarán obras importantes fuera de los nominados. Pero independientemente de todo, lo resaltable es que durante un periodo largo y poco común, la atención se centra sobre la industria editorial.
A pesar de la difícil tarea de decidir quien es merecedor a dicho galardón, hay que elegir uno. “Se puede llegar a una decisión cuando toca” dice Heinrich Riethmüller de la Asociación de Libreros Alemanes. El jurado se decidió por la sorprendente primera novela de Lutz Seiler. No obstante, Heinrich Riethmüller recomienda la lectura de todos los libros nominados. Solo así podrá el lector crear su propio juicio al respecto. La función del Premio Alemán del Libro es despertar el interés por la literatura de habla alemana. Y el balance final es muy positivo debido al gran éxito que ha cosechado el premio durante sus diez años de existencia.