POR: WILFREDO CEA.
Jesús de Nazaret!! Viendo tu imagen esculpida,
Esa mirada tan tierna, tan llena de esperanza y vida,
Como quiso el pintor y escultor llegar a plasmarte,
Fueron las manos de Dios, las que guiaron esta obra de arte,
Para que viéramos en ella, la vida que tú nos inspiraste,
En estas tierras donde tus sandalias empolvaste,
Para pedirnos que viviéramos como tú nos enseñaste.
OH!! Jesús de Nazaret, hoy que te veo cargando una cruz,
Que se multiplica por cada uno de nosotros en la Tierra,
Esa sed que en tus labios llevas,
Esa sed, por la que tus labios engrapados quedaron,
Por mucho cansancio y el sol que demasiado quema,
Como si fuera un mar todo convertido en arena,
Donde queda sólo la fe, como símbolo de agua eterna,
Con el sacrifico que en tus espaldas llevas,
Después de haber sido lapidado y traspasado
Con odio y deseo de hacerte daño mi Jesús Nazareno,
¡Que con puntas de metal hiriente penetraron!
Tres clavos fueron los que profundizaron
en tu piel sin pecado concebido,
Que cada corazón lo sintió y tembló la Tierra,
Al oír esos clavos, que traspasaron el corazón de María,
Y de la multitud que se hizo presente en el Calvario.
Señor amado, ¿Cómo soportaste esos clavos?
Una corona de espinas que penetró tu cabeza,
Con toda la burla y fuerza brusca e inhumana,
Sólo alguien como tú, por amor pudo soportarlo todo.
¡Cómo salió aquella sangre!
¡Cómo se deslizó por tu frente!
Que gota a gota, fueron dejando,
Todo tú cuerpo sin sangre,
Con unas llagas en tus manos,
Que pies y piernas se debilitaron.
Fue una lanza la que penetró tu costado,
Que por pedir agua, te dieron agrio.
¡Cómo fuimos tan duros contigo Señor!
¡Cómo soportaste ese calvario de amargura!
Por culpa de nosotros los insensatos.
Fue el amor de Dios, que mando a su hijo amado,
Para salvarnos de una hecatombe humana,
Por eso Señor!!, ten misericordia con tu mirada,
Ten piedad por todo el daño que te hemos ocasionado.
Y si hemos de pagar lo que te hemos ofendido,
Concédenos fuerzas para poder pagar lo prometido,
Para no volver a pecar más y ofenderte jamás.
Y gozar de tu amor, que con tu martirio has concedido.
Aroma de incensario que es humo de oraciones,
Que llevan al cielo nuestras peticiones,
Que vienen del corazón arrepentido,
Para pedirle a nuestro Creador,
La salvación de nuestros males,
En estos tiempos llenos de muchos tormentos,
Donde el alimento y la naturaleza se congojan,
Y hay terremotos que dejan muchos daños,
Que nosotros mismos hacemos con nuestras manos,
Por no dar el sustento a nuestros hermanos,
Haciendo la justicia a nuestros antojos.
Por eso, te pedimos de hinojos:
¡Perdónanos Jesús de Nazaret!!
Porque estamos pidiendo frente a tu imagen,
Que nos des siempre tus bendiciones,
Para que podamos todos salvarnos,
Y encontremos la paz con nuestros hermanos.
Celebrando con júbilo tú resurrección en cada año,
Gracias Jesús de Nazaret!!
Gracias por tu amor!!
Por darnos la vida y la salvación eterna
Con tu sangre redimida en la resurrección.