La Iglesia Católica se viste de fiesta al celebrar al Divino Niño Jesús, devoción que nació en Colombia y que se ha transportado a muchos países. En Santa Ana el promotor de la devoción es el Padre David Guardado, parroco de Catedral, quien cada año organiza una procesión en honor al Divino Niño.
A esta fiesta se acercaron padres de familia con sus hijos. Los infantes asistieron vestidos de rosado, en sandalias y con un cinturón dorado, en semejanza a la imagen del Divino Niño Jesús, como una forma de hacerlos partícipes de la devoción.
“Me siento contento como la gente está respondiendo, si nos quedamos solo con la devoción no tiene sentido, debe llevar al encuentro con Jesús en la vida sacramental eucarística, sobre todo en el sacramento de la reconciliación”, expresó David Guardado.
Desde la Catedral de Nuestra Señora Santa Ana caminaron todos juntos la tarde del 20 de julio en procesión con la imagen del Divino Niño Jesús por las principales calles aledañas a la Iglesia, para volver al mismo punto.
Eran las 4:00 de la tarde, cuando adultos y niños entonaron cantos, elevaron oraciones al cielo a la vez que agitaban sus banderas color rosadas y celestes, colores que representan al santo , con su imagen en las banderas.
“Mi objetivo es que la gente a través de la devoción se acerqué a Dios, a esa vida espiritual que toda persona necesita”, afirmó Guardado.
La Procesión culminó en la Catedral, donde se repartió refrigerio para todos los niños y sus padres, como un incentivo a la familia a participar en las actividades religiosas, explicó Rosa Méndez, organizadora. “Se prepararon al rededor de 400 sándwiches, gracias a donaciones de familias devotas que patrocinan a la actividad cada año”, añadió.
Por séptimo año consecutivo la Catedral ha celebrado el día del Divino Niño Jesús, para incentivar y motivar a las personas a inculcar valores espirituales a sus hijos y para que los niños vean al Divino Niño Jesús como un modelo de obediencia y amor a sus padres María y José.
Marcela Gutiérrez participó del festejo con su pequeña y afirma que comparte esta tradición con ella así como su madre lo hizo. “ Realmente son tradiciones que se van perdiendo muchas veces y si nuestros padres lo hicieron con nosotros por qué no hacerlo con nuestros hijos. Es lo que a mi me han enseñado y lo que yo quiero que aprenda”, opinó.
Por: Diana Agreda
