Una fuerte lluvia ocurrida el pasado viernes 18 de octubre sobre la Ciudad Morena, causó estragos
en algunos sectores, en esta ocasión nos referimos específicamente en la comunidad Emanuel, la
Escuela Interamericana y El Centro Escolar INSA.
La fuerte corriente de aguas lluvias que proviene del volcán Ilamatepec y demás zonas
residenciales de la zona sur de la ciudad, terminan desembocando en la barranca conocida como
El Chupadero, la cual se ha convertido en una amenaza latente para los habitantes aledaños a ese
lugar.
La fuerza del agua generó la caída de una parte del muro perimetral de la Escuela Interamericana,
el cual obstruyó en alguna medida el paso del agua por la barranca. Esto provocó que la corriente
formara una nueva ruta de salida, “comiéndose” parte del terreno de tres viviendas de la
comunidad Emanuel.
Ante esta situación, las tres familias optaron por desalojar sus viviendas aún sin tener un lugar fijo
para donde trasladarse. “Aquí parecía un río la calle, creo que nos vamos a tener que ir porque
está muy peligrosa esta zona”, dijo una de las afectadas, María Contreras.
El muro cayó en horas de la noche del viernes, ese mismo día las autoridades municipales y de
Protección Civil se presentaron para verificar lo ocurrido. A la mañana siguiente el lugar fue
acordonado para evitar que alguien cayera en el precipicio.
Las familias afectadas lamentaron lo ocurrido, pues explicaron que desde hace muchos años han
solicitado que se intervenga definitivamente la cárcava, sin embargo hasta la fecha únicamente se
han realizado trabajos de mitigación.
Ahí, tanto la alcaldía municipal como el Ministerio de obras Públicas han buscado la forma de
facilitar el paso del agua, sin embargo los esfuerzos han sido en vano y todas las inversiones
hechas terminan siendo improductivas.
Otros daños causados por el agua de esta cárcava se generaron en el Centro Escolar INSA en
donde parte de una malla perimetral de la institución también terminó sucumbiendo por el
deslizamiento de tierra.
Protección Civil aseguró que la zona no brinda las garantías de seguridad necesaria para que las
familias puedan volver a vivir en ese lugar. La humedad ha debilitado el terreno y se corre el riesgo
que los deslizamientos continúen dándose en esta zona.