Desde muy tempranas horas de la mañana del pasado martes 8 de octubre, personal policial se
apostó en las afueras de un taller de mercadería ubicado en el kilómetro 51 de la carretera que de
Santa Ana conduce hacia San Salvador, en donde se presumía se encontraba escondido un arsenal
de guerra, armas de uso privativo de la Fuerza Armada.
Para poder ingresar a la propiedad privada hubo que esperar una orden de allanamiento de la
Fiscalía General de la República, la cual llegó a eso de las once de la mañana. Luego de haber
ingresado a las instalaciones se realizó una inspección minuciosa del terreno y se descubrió el
lugar en donde se encontraba enterrado el armamento.
El procedimiento fue supervisado por el Ministro de Justicia y Seguridad, Ricardo Perdomo.
Además estuvo presente el Fiscal General de la República, Luís Martínez. Este último aseguró que
en el lugar fueron encontradas un total de 214 granadas para mortero de 90 milímetros. Estas,
según dijeron las fuentes, tienen la capacidad de derribar muros y son consideradas granadas anti
tanque.
“Se han descubierto una granada 90 (milímetros) utilizada para lo que le llaman fusil sin retroceso,
son tubos donde tiene un disparador y a través del que se pueden estar disparando las granadas”,
manifestó el ministro de seguridad.
Se presume que este armamento podría estar siendo distribuido a estructuras delincuenciales
dedicadas al narcotráfico en los países de Guatemala y México, entre ellos no se descarta la
posibilidad que se encuentre el famoso cártel de Los Z.
“Sabemos que han vendido, sabemos que este tipo de armamentos puede ser utilizado contra
funcionarios u otro tipo de personas. De acuerdo a nuestras investigaciones estos han sido
comercializados con destinos a narcotraficantes”, manifestó el Fiscal General.
Añadió que este armamento podría tener algunos años de haberse colocado en las caletas de
cemento en las que fueron encontradas bajo tierra. Según los expertos, este armamento se
encuentra en condiciones adecuadas para ser utilizadas en cualquier momento, incluso algunas
representan un riesgo de hacer explosión con un mínimo movimiento. “Hemos visto que en
algunos que el protector de la punta ya se desgastó”, dijo Perdomo.
Para retirar el armamento fue necesaria la intervención de maquinaria pesada y tecnología
especializada en extracción de explosivos. Las autoridades habían realizado hace varias semanas
un registro en esta propiedad, sin embargo en aquella ocasión no se encontró ningún tipo de
armamento.