Dos salvadoreñas, finalistas del Premio Mundial Fernando Rielo de Poesía Mística - Periódico EL Pais

Dos salvadoreñas, finalistas del Premio Mundial Fernando Rielo de Poesía Mística

Dos salvadoreñas, finalistas del Premio Mundial Fernando Rielo de Poesía Mística

Dos poetas salvadoreñas: Carmen González Huguet, miembro de la Academia Salvadoreña de la Lengua y correspondiente de la RAE, y Claudia Lorena Parada Turcios, han resultado finalistas del  XXXVIª Premio Mundial Fernando Rielo de Poesía Mística. El próximo 14 de diciembre en Roma se dará a conocer el fallo de este premio, en el que también han resultado seleccionadas otras ocho obras procedentes de Argentina, España y Polonia, de un total de 261 poemarios.La poesía mística es la que expresa los valores espirituales del hombre en su hondo significado religioso. Fernando Rielo, fundador del premio y de la fundación homónima que convoca el certamen, la entiende bajo dos aspectos: específico, o expresión de la íntima experiencia que la persona tiene de su unión con la Santísima Trinidad, para el poeta cristiano, o con Dios, para el no cristiano; general, o expresión de la íntima experiencia con el Absoluto, en las diversas formas de búsqueda del ser humano. Se dirige a obras inéditas tanto en español como en inglés y está dotado con 7.000 euros y la publicación de la obra.

Del poemario Amable soledad, de Carmen González Huguet, el Jurado ha destacado el esfuerzo de componer toda la obra en liras y sonetos, logrando que los poemas fluyan con tersura y aprovechar el registro expresivo de la poesía clásica: “Tu ternura me embriaga, / beso invisible, oculto vino fuerte, / como una amable llaga / cuyo dolor liberte / solo el beso inasible de la muerte”. Asoma también el lenguaje bíblico evocando la fuente sálmica, neotestamentaria y la tradición de los místicos para manifestar el amor del alma a Dios: “Habitar en tu sombra, en la espesura / del bosque ignoto donde siempre moras, / espíritu vital, en esa hondura / donde en secreto, a solas, me enamoras…”. El beso, figura de la vivencia unitiva, y la herida, expresión de la experiencia purificativa, “Hazme morir, si tu morir es Vida, / y en Ti, muerte de ayer será la gloria / lo que fuera dolor y abierta herida”.

Por otra parte, de la obra Resiliencia, de Claudia Lorena Parada Turcios, el Jurado ha elogiado su un empuje vital e intensidad religiosa dentro de la sencillez: “No quiero en las oscuras distracciones / del mundo detenerme, / solo continuar en tu presencia / mi sencillo trayecto”. Refleja una actitud filial donde el yo lírico ve cómo el mundo se vacía de sentido ante la presencia divina, y los poemas expresan la vanidad de las cosas: “Despójame, Padre, / del hierro inmundo que me doblega, / del peso amargo del sueño que no termina”. La presencia divina es percibida en las cosas pequeñas, en la naturaleza, en el gozo y en el sufrimiento, incluyendo el dolor más cercano y familiar de la despedida: “Hoy te he visto en la muerte de mi padre; / no sabía que tu luz también actuaba / como triste despedida”.

Carmen González Huguet (San Salvador, 1958) es maestra en Letras por Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas”, Directora de la editorial cultural del estado salvadoreño, y directora de la revista Cultura (1994-996); formó parte del equipo del Museo Nacional de Antropología “David Joaquín Guzmán” (1997-1999); profesora de Educación Media y universitaria y periodista cultural. Desde 2012 es miembro de número de la Academia Salvadoreña de la Lengua, y correspondiente de la Real Academia de la Lengua Española.

Claudia Lorena Parada Turcios (San Salvador, 1976), es educadora por la Atlantic International University y tiene estudios de Comunicaciones y Periodismo en la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas”. Tiene en su haber varios premios literarios y menciones,  y a sido incluida en varias antologías.

Según el crítico literario Santiago Acosta, “a la sensibilidad cultural moderna, atraída por los mensajes fragmentarios, por las propuestas conceptuales rebajadas, por todo lo que lleve la marca de la declinación del hombre como sujeto, la poesía mística supone un aguijón en la conciencia, un recordatorio de que lo que más vale la pena siempre acontece en el encuentro y la comunicación entre personas.”

 

 

 

Deja una respuesta