Martha Linares a sus 40 años de vida ha sufrido en carne propia lo que es quedarse sin su hogar. Dentro de una ramada improvisada pela perduras para nutrir la sopa de pollo con la cual deberá alimentar a sus cinco hijos, mientras que su esposo ve con preocupación lo que ha quedado de su casa.
Casas y ranchos soterrados por la arena se pueden observar en el sector de la comunidad El Botoncillo, en la playa Bola de Monte, ubicada en el municipio de San Francisco Menéndez del departamento de Ahuachapán. Este es el panorama desalentador tras el fuerte oleaje que abatió la costa salvadoreña a principios de mayo.
Los habitantes del lugar perdieron sus hogares, al igual que todas sus pertenencias, luego de que abandonaran sus casas aquella apremiante mañana del sábado 2 de mayo. Huir en lanchas les salvó la vida.
Debido a la inundación de la zona, los lugareños tuvieron que irse hacia la Garita Chapina, en el municipio de Moyuta, Guatemala, donde el alcalde de la localidad, Roberto Marroquín, los albergó en un centro escolar, brindándoles comida y techo durante más de una semana. Pero al reanudar las clases, los salvadoreños tuvieron regresar a lo que quedó de sus hogares.
“Con tiempo y esfuerzo construí una casa para mi familia, y en una semana se fue todo abajo. Tengo 44 años de vivir acá y esto nunca había pasado, yo me dedico a la pesca artesanal y por el momento no sé cuándo podré trabajar, se me ha dañado el equipo, hemos perdido todo, no tenemos dinero ni forma de trabajar para salir adelante”, expresa Josué Renato Rivas, compañero de vida de doña Martha.
Son 25 familias las que se han visto afectadas por este fenómeno natural y que le solicitan ayuda al alcalde de San Francisco Menéndez, Narciso Ramírez, puesto que manifestaron que aún no han obtenido ningún apoyo ni acercamiento por parte del gobierno central.
La cosecha de cocos está arruinada y las palmeras se están cayendo a pausas. El agua salada golpea con fuerza la playa cuando la marea está en su punto más alto. En una ramada, hay hasta tres familias que se albergan para compartir lo poco que tienen.
“No hay pesca, no hay nada, estamos en peligro y con zozobra, no tenemos ni luz ni agua para beber porque los pozos se contaminaron”, dice don Miguel Alvarenga, de 35 años, otro lugareño afectado.
Los habitantes están urgidos de recibir apoyo con materiales de construcción, mano de obra, agua potable, ropa, víveres y todo lo que pueda ser útil para rehacer sus vidas. Además, solicitan que se les limpie la calle de acceso principal, ya que está azolvada por la arena.
Por su parte, el alcalde municipal de San Francisco Menéndez, Narciso Ramírez, manifestó que se está controlando la situación, suministrando víveres a los afectados. También dijo que a través de la diputada Carolina Rodríguez, recién electa por el partido ARENA, pedirán ayuda a la Asamblea Legislativa para la zona costera, aclarando que por el momento no han recibido ningún apoyo del gobierno central.
Si usted desea colaborar con estas personas afectadas, puede comunicarse con don Rigoberto Monge, al teléfono 7478- 7993, miembro del Comité de Vigilancia del Manglar de la playa Bola de Monte.
Por Andrea Escobar / Edwin Linares