Al parecer, las épocas en que los vendedores de pólvora obtenían grandes ganancias al finalizar la temporada navideña y fin de año, terminaron.
Muchos de los comerciantes lamentan que en la actualidad la ganancias sean pocas debido a la poca demanda que se tienen.
Para algunos la venta de productos pirotécnicos es una tradición familiar, ya que durante varios años se han dedicado a esto, y con mucha nostalgia hacen mención sobre los años en que las personas adquirían estrellitas, fulminante, metralletas, silbadores, cohetes de vara en grandes cantidades y hoy “a penas y logramos sacar lo de la mercadería, muchos hacemos pequeños préstamos, para pagar a la alcaldía y comprar todo lo que usted ve aquí (objetos pirotécnicos), hay unos que con la ayuda de Dios, logramos sacar el gasto, otros pobres, mejor se quedan enjaranados” narró Guadalupe, una de las vendedoras ubicadas en el parque Colón.
Al conversar con otros comerciantes, expresan opiniones similares, atribuyendo esta baja a las campañas publicitarias sobre el uso y manipulación de la pólvora o a la crisis económica en la que viven muchas familias salvadoreñas.
“A las personas les gusta lo prohibido y nosotros aquí no vendemos todos los objetos pirotécnicos que están prohibidos y cuando la gente viene y nos pregunta por eso le decimos que no hay, entonces nos dicen que mejor no compran nada, porque así no tiene nada de diversión y no vendemos” dijo Carlos Guevara, quien ha vendido pólvora durante 30 años.
Es de mencionar que desde el mes de noviembre que fueron instalados los puestos en el parque Colón y acera de la Ex Escuela José Mariano Méndez, las autoridades realizaron dispositivos de prevención auxilio y seguridad, para revisar que los vendedores cumplieran con los requisitos, como colocar rótulos con un letrero que diga “Prohibido fumar en esta zona”, tener recipientes con agua o arena, no poner la pólvora cerca de los focos u otro tipo de electricidad, entre otros.
Por: Victoria Cabrera
