Para atacar, con toda razón, las barbaridades que están haciendo ahora
los extremistas del Estado Islámico, Gina Montaner escribía dias atrás, en este
mismo diario, que “en nombre de Dios, o de Alá, se han cometido muchos
crímenes”. Es verdad, pero tambien en nombre del ateísmo, de la justicia, de
la libertad, la tolerancia y el progreso. Desde Abel y Caín, el mal actúa y se
cobija bajo muy distintas banderas.
De pasada para su denuncia contre esa monstruosidad del Estado
Islamico, mi estimada colega ataca muy injustamente, con viejos estereotipos,
a la Iglesia Católica y a la Edad Media, de las que muestra una tremenda
ignorancia histórica. Me permito recomendarle que lea “La Inquisición
española: una revisión histórica”, del inglés Henry Kamen. y “Como la
Iglesia católica construyó la civilización occidental” del historiador
norteamericano Thomas E. Woods. O si quiere una cosa mas ligera, pero bien
documentada y amena, lea “Leyendas negras de la Iglesia” de Vittorio
Messori.
Vuelvo a señalar lo que he escrito en ocasiones anteriores: el Imperio
Romano decayó y desapareció muy principalmente por una decadencia moral
semejante, aunque no tan exacerbada, como la que ahora difunde e impone la
cultura de la muerte: libertinaje y aberraciones sexuales, abandono de recien
nacidos o abortos, corrupción económica y politica, gula, pereza, drogas, etc.
De ese desastre, poco a poco, con creciente luz espiritual, solidez familiar y
justicia social, la Edad Media sacó nuestra cultura occidental.
Las mujeres, Gina, no tienen nada que perder del sentido cristiano de
una cultura porque fue precisamente en la Edad Media cuando las mujeres
ganaron un prestigio e imfluencia social que después fueron perdiendo en el
Renacimiento con la acogida del Derecho Romano. En Roma la mujer no era
nada. El marido tenía sobre ellas derecho de vida y muerte. En el medioevo, la
mujer podía ser Reina, con los mismos poderes y respeto que los reyes; podía
ser propietaria y establecer comercios sin permiso del marido. Ellas refinaron
a los rudos caballeros creando la cortesía y el amor cortés. Algunas santas
hablaron de tú a tú a obispos y Papas y les convencieron de sus errores
personales. La Abadesa de las Huelgas, por ejemplo, tenía mayor poder
territorial y eclesiástico que un obispo. Muchas monjas enseñaron teología y
filosofía. Santa Hildegarda de Bingen, además, cultivó, entre otras cosas, las
ciencias naturales, la medicina y la música. Y el mejor pintor del arte
romanico fue una mujer. Por todo eso es evidente que nunca se discutió si las
mujeres tenían alma. Creo que Gina se confunde con algún episodio fugaz de
pensadores renacentistas sobre si los negros tenían alma.
Veamos también la admiración que esta colega tiene sobre los ilustrados
del siglo dieciocho. De la Ilustración nació la Revolución Francesa, madre de
todas las revoluciones sangrientas que vienieron después y que con la
guillotina, en pocos días, asesinó a mas gente que la Inquisición Española en
todos sus siglos. Predicaron la tolerancia pero como la región de la Vendée no
aceptó la revolución francesa, la guerra contra esos monárquicos acabó con el
genocidio de casi todos ellos.“¡Libertad, libertad, cuántos crímenes se
cometen en tu nombre!” dijo una aristócrata francesa mientras iba a la
guillotina. Y esa frase fue profética porque ahora se siguen cometiendo. En
nombre de la libertad femenina tenemos esos crecientes millones de asesinatos
de humanos no nacidos en los abortorios legales. En nombre de la libertad y
tolerancia se castiga con multas, expulsión de su trabajo y linchamiento
mediático, a los que no acepten la mentira de que la homosexualidad es algo
normal. Varios padres que no aceptan que en el colegio enseñen a sus hijos el
vicio de la lujuria y sus aberraciones, han tenido que emigrar de su país.Y en
EE.UU., después de una dura batalla legal, se permiten algunos casos de
objeción de conciencia de personas e instituciones que no aceptan los dogmas
intolerantes de los que se autoproclaman tolerantes.
Luis Fernández Cuervo luchofcuervo@gmail.com
(para publicar el lunes 13 de octubre, 2014)