Infección de vías urinarias - Periódico EL Pais

Infección de vías urinarias

Al menos 50% y hasta 80% de todas las mujeres padecen una infección de vías urinarias (IVU) aguda en su vida. Cerca de una cuarta parte presenta infecciones de vías urinarias recurrentes, las que se definen como tres o más infecciones repetidas en un año o dos infecciones en un lapso de 6 meses. Las noticias sobre las posibles estrategias de tratamiento para las mujeres con infecciones de vías urinarias recurrentes, así como otras investigaciones relacionadas con la medicación para las infecciones de vías urinarias, contribuyeron a destacar la Tendencia clínica de esta semana.

Es posible que los resultados del ensayo ALTAR (alternativa a los antibióticos profilácticos para el tratamiento de las infecciones de vías urinarias recurrentes en mujeres) recientemente publicados hayan identificado una estrategia para ayudar a prevenir la resistencia a los antibióticos (ver infografía).

En el estudio participaron 240 mujeres de 18 años o más con infecciones de vías urinarias recurrentes que requerían tratamiento profiláctico. Las participantes fueron aleatorizadas para recibir hipurato de metenamina o antibióticos diarios en dosis bajas durante 12 meses, con un seguimiento durante otros 6 meses adicionales a ese periodo. Antes del ensayo, el margen de no inferioridad se definió como un episodio de infección de vías urinarias por año-persona.

Durante el periodo de tratamiento de 12 meses, el grupo asignado a antibióticos tuvo 90 infecciones de vías urinarias sintomáticas tratadas con antibióticos en 101 años-persona de seguimiento. El grupo que recibió hipurato de metenamina tuvo 141 episodios en el curso de 102 años-persona. Esto representó una tasa de infecciones de vías urinarias de 0,89 episodios por año-persona en el grupo asignado a antibióticos en comparación con 1,38 en el grupo tratado con hipurato de metenamina. En el periodo de seguimiento de 6 meses posterior al tratamiento, la tasa de incidencia de infecciones de vías urinarias fue de 1,19 episodios por año-persona en el grupo que recibió profilaxis con antibióticos, en comparación con 1,72 en el grupo tratado con hipurato de metenamina. La pequeña diferencia entre los dos grupos confirmó la no inferioridad de la hipurato de metenamina con respecto a la profilaxis con antibiótico.

Otro tratamiento emergente parece reducir drásticamente el riesgo de infecciones de vías urinarias recurrentes en las mujeres. Un conjunto de bacterias inactivadas administrado por vía sublingual, durante 3 meses, ayudó a mantener a 56% de las mujeres libres de infecciones de vías urinarias durante 1 año, en comparación con 25% de las mujeres tratadas con placebo. Las 240 participantes habían informado de al menos cinco infecciones de vías urinarias sin complicaciones en el año anterior. El ensayo aleatorizado del tratamiento experimental, conocido como MV140, no mostró efectos adversos clínicamente preocupantes.

Es probable que esta noticia represente un gran alivio para el gran número de mujeres que se sienten frustradas por el tratamiento estándar actual. Un estudio reciente en el que participaron 29 mujeres divididas en seis grupos de interés y que se publicó en la versión electrónica de The Journal of Urology puso de manifiesto dos preocupaciones principales: el impacto negativo de los antibióticos y el resentimiento hacia la profesión médica por la forma en que trata las infecciones de vías urinarias recurrentes. A algunas mujeres les preocupaba que se les administrara innecesariamente un antibiótico por síntomas que podrían haber sido causados por otra afección genitourinaria. El resentimiento hacia los médicos llevó a algunas a consultar a profesionales alternativos, como los herboristas.

En cuanto a las infecciones de vías urinarias en otras poblaciones de pacientes, una revisión sistemática mostró que pueden considerarse esquemas de antibióticos intravenosos más cortos, con un cambio temprano a antibióticos orales, para los bebés de 90 días de edad o menos con infección de vías urinarias con bacteriemia o sin bacteriemia. Los dos estudios más grandes sobre infecciones de vías urinarias con bacteriemia revelaron tasas equivalentes de recidiva a los 30 días en lactantes tratados con antibióticos intravenosos durante 7 días o menos o por más de 7 días. En cuanto a la infección de vías urinarias sin bacteriemia, los dos estudios más grandes no encontraron diferencias significativas en la recidiva ajustada a los 30 días entre los que recibieron antibióticos por vía intravenosa durante 3 días o menos y los que los recibieron durante más de 3 días.

Por otra parte, un estudio reciente mostró que el uso de un «antibiótico olvidado» llamado temocilina se asocia a una menor alteración de la microbiota intestinal que cefotaxima en adultos con infección de vías urinarias febril. Según los investigadores, temocilina también se asoció a una proporción significativamente menor de Enterobacterales. El ensayo de fase 4, aleatorizado, multicéntrico, de superioridad y abierto, se llevó a cabo con 152 pacientes adultos que ingresaron en 12 hospitales suecos y fueron tratados por una infección de vías urinarias febril (complicada o no) sospechada o diagnosticada, incluida la pielonefritis. Se les aleatorizó en proporción 1:1 a 2 g de temocilina (n = 77) o de 1 g a 2 g de cefotaxima (n = 75), ambos administrados cada 8 horas durante 7 a 10 días. El análisis de la microbiota intestinal mostró una proporción significativamente menor de Enterobacterales con susceptibilidad reducida a las cefalosporinas de tercera generación en el grupo asignado a temocilina, en comparación con el grupo que recibió cefotaxima (p = 0,0049).

Desde nuevas estrategias para combatir las infecciones recurrentes hasta nuevos conocimientos sobre el tratamiento de poblaciones adultas y pediátricas, la investigación sobre las infecciones urinarias generó recientemente un interés considerable, lo que dio lugar a la Tendencia clínica de la semana.

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