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San Salvador, 8 de marzo de 2018.
El descalabro electoral del FMLN, del cuatro de marzo, tuvo tres causas fundamentales: la impugnación a las políticas públicas del FMLN, el rechazo a la actual cúpula y el aglutinamiento en derredor de Nayib Bukele. Esta derrota es atribuible exclusivamente, a la cúpula del FMLN, que ha priorizado su beneficio personal, por sobre los intereses ideológicos y de partido, llegando hasta poner en peligro, la estabilidad del sistema partidario.
El FMLN creo en derredor de su marca, la lucha contra la corrupción y, gracias a este marketing, alcanzó el triunfo con Mauricio Funes; más, por la corrupta gestión de éste, y el uso del mismo tipo de campaña, durante los siete años subsiguientes, consolidó culturalmente el rechazo a la corrupción y ésta, al envolver al FMLN, produjo el repudio de sus bases y, de toda la izquierda, excluida por él, del poder: la cúpula del FMLN, se volvió la antítesis de los objetivos del partido.
La corrupción ha sido causa de que la cúpula haya perdido el favor de su militancia, pues para mantener su mando y conservar sus prebendas, ha alejado a toda aquella estructura que cuestionara su proceder, y a quienes antiguamente, habían sido sus compañeros de lucha.
El FMLN, ha tenido 372,025 votos de rechazo y éstos, parece que están aglutinándose en derredor de Nayib Bukele y otros grupos de izquierda. Ahora sostiene un debate interno: si se consolida en derredor de los leales a la presente cúpula o, si hay una recomposición de sus fuerzas internas y construye la alianza de la izquierda, en derredor de Nayib Bukele.
Si opta por lo primero, el FMLN será reducido a las FPL, pues es muy probable que el PCS, siga a Bukele. Si construye una alianza, su dirigencia tendrá que dar un paso atrás y asegurarse únicamente su impunidad. Para que esto suceda, tienen que armonizarse las grandes fuerzas económicas internacionales que están detrás del FMLN y de Nayib Bukele y realizar una aparente purga de la cúpula del FMLN.
Pero independientemente del camino que tome el FMLN, claro está que el enemigo primario para la Derecha, pasa a ser Nayib Bukele y sus aliados. El triunfo de ARENA ha sido un incidente afortunado y no, una aceptación a sus políticas, pues el descenso en su aceptación ha sido de 62,176 votos, mucho menos que el FMLN y, para explicar este fenómeno, basta con apreciar la labor de concientización realizada por las entidades cívicas y las gremiales empresariales que, en el último año, se han dedicado a incentivar al voto, en un claro rechazo a las políticas gubernamentales, lo que de manera directa, acercaba el voto duro descontento, hacia un voto informado, que ha beneficiado tanto a ARENA, como al PCN y PDC.
La correlación de fuerzas legislativas 2017-2019, no es real, pues un 47% de la votación no es representativa, ni sana para el sistema democrático, pero sí, marca un freno a las políticas del Ejecutivo. Y si no hay un giro hacia la estabilidad, desde la Asamblea Legislativa, el triunfo actual de ARENA, se revertirá. Hoy la vitrina de ARENA será la Asamblea Legislativa y, lo que la población quiere ver en los electos diputados de la oposición, es sólo probidad y transparencia, sin los privilegios ostentosos de la presente legislatura y de los altos funcionarios de Gobierno.
La vulnerabilidad de la cúpula del FMLN, son sus crímenes de guerra y la corrupción presente: este descalabro los ha dejado vulnerables: es el momento de juzgarles y hacer justicia, para que la impunidad del pasado termine y, podamos subir a un nuevo estadio político.