1 de junio de 2021
Buenas tardes a todos. Que bueno estar aquí de vuelta en El Salvador y verdaderamente es un privilegio estar de regreso en El Salvador. Mi familia y yo tenemos maravillosos recuerdos de los 3 años y medio que serví aquí como Embajadora de los Estados Unidos. Quiero agradecerles especialmente a todos los salvadoreños por su mensajes de apoyo y bienvenida que me han enviado estos últimos días. De corazón, muchísimas gracias. Y un saludo al presidente Bukele y su gobierno que justamente hoy cumple dos años. Sepan que trabajaré de forma incansable y con la honestidad que ustedes conocen y esperan de mí, como siempre liderando nuestra Embajada de los Estados Unidos. Para nuestros ciudadanos estadounidenses que viven en El Salvador, quiero decirles que estamos aquí en la Embajada para representarlos y apoyarlos.
Ha sido un año y medio difícil para todos nosotros, luchando contra la pandemia global. Hemos vivido la pérdida de familiares, amigos, trabajos y una interrupción total de nuestras vidas diarias. Desde mi posición como subcomandante civil del Comando Sur de los EE. UU., hemos estado apoyando y aportando suministros de emergencia para la lucha contra el COVID19 como parte del compromiso más amplio del gobierno de los EE. UU. En El Salvador, los EE. UU. ha donado hasta el momento más de $30 millones en apoyo para el combate contra el COVID19. En asociación con el gobierno local y organizaciones no gubernamentales, hicimos importantes donaciones de ventiladores, equipo de protección personal para los trabajadores de salud, alimentos y otros suministros. Eso se suma a nuestro apoyo a través de USAID, nuestra Agencia Internacional para el Desarrollo de $96 millones para respaldar sus esfuerzos para mejorar la seguridad, aumentar el crecimiento económico y fortalecer las instituciones democráticas. A nivel mundial, EE. UU. es el mayor contribuyente al esfuerzo de distribución internacional de vacunas: COVAX porque sabemos que ninguna nación ha superado la pandemia hasta que todas las naciones hayan superado la pandemia. Y no vamos a parar hasta que todos la hayamos superado.
Hoy, a petición del Secretario de Estado Antony Blinken y de la Casa Blanca, regreso a El Salvador como Encargada de Negocios para desarrollar el camino a seguir en nuestra relación bilateral. Creo en el pueblo salvadoreño. Creo en todo lo que es posible en El Salvador. Y sobre todo creo que una asociación bilateral sólida entre Estados Unidos y El Salvador es de interés no solo para nuestros gobiernos, sino también especialmente para nuestros pueblos.
Estamos en un momento importante de nuestra relación bilateral. Nuestra relación se basa en conexiones familiares profundas, respeto mutuo y valores compartidos. Y hemos hecho mucho juntos. Desde mejorar la educación a través de FOMILENIO I y II con una inversión total de de $737 millones de dólares con la cual renovamos 349 escuelas, 349 escuelas renovamos juntos, mejoramos carreteras y llevamos a cabo proyectos agrícolas que fueron adaptados a las condiciones locales tomando en cuenta los cambios climáticos. Con estos proyectos apoyamos a jóvenes emprendedores y escuelas técnicas que conducen a buenos empleos, y con un enfoque especial en las mujeres, elevándolas en todos los sentidos como líderes importantes en sus comunidades.
Pero también hemos apoyado sus esfuerzos para mejorar la seguridad del país. Con muchas inversiones en la policía, con equipamiento, capacitación y los militares, apoyando en la seguridad. Apoyando también el sistema judicial, con inversión en tecnología y capacitación. Y con colaboraciones con fundaciones privadas como la Fundación Howard Buffet con quien colaboramos con la renovación total del Parque Cuscatlán y el nuevo laboratorio forense para resolver casos tan importantes como los homicidios.
A medida que miramos hacia adelante, advertimos que existe un sentido de urgencia y una oportunidad para reconstruir mejor. Para reconstruir mejor e impulsar nuestras economías en los Estados Unidos, aquí en El Salvador y en todo el continente americano. Para El Salvador, existe la oportunidad de potenciar y aprovechar el movimiento de las cadenas críticas de suministro. Oportunidad de atraer nuevas inversiones y apoyar el crecimiento del tremendo talento emprendedor que producirá empleos buenos y de calidad para los salvadoreños.
En el centro de esa mayor asociación con los Estados Unidos y de aprovechar de estas oportunidades tremendas , se encuentra el apoyo a la buena gobernanza reflejados en el estado de derecho, la separación de poderes, una prensa independiente y libre, una sociedad civil sólida y un sistema judicial confiable, comprometido a luchar contra la corrupción en todas sus formas. Todos estos elementos son fundamentales en una democracia sólida y vibrante. Todos estos esfuerzos son fundamentales para el avance de El Salvador y de nuestra cooperación.
Durante mis 3 años y medio como Embajadora, la Embajada de los Estados Unidos fue siempre un lugar de reunión central. Un lugar para debatir ideas, un lugar para discutir diferencias, un lugar para encontrar puntos en común. Muchos se han beneficiado de tener ese espacio abierto para ellos, inclusive muchos miembros de la administración actual antes de que estuvieran en sus cargos oficiales que tienen hoy. Tengo la intención de continuar esta tradición de que la embajada sea ese lugar neutral que le da la bienvenida a todos los miembros del panorama político y de la sociedad.
Y este año celebraremos 158 años de relaciones bilaterales entre Estados Unidos y El Salvador. El 15 de junio, en apenas un par de semanas, es el Día de la Amistad entre Estados Unidos y el Salvador, una tradición que aprobó la asamblea legislativa en 2017, porque nuestra relación va mucho más allá de un gobierno a otro. Es verdaderamente de pueblo a pueblo y ciertamente sentí que durante esos 3 años y medio tuve la oportunidad de ir a todos los rincones del país, reunirme con ustedes, escucharlos y hacer todo lo posible para apoyar sus sueños y aspiraciones y apoyar sus comunidades.
Y se refleja también en que Estados Unidos sigue siendo el mayor socio comercial de El Salvador y las empresas estadounidenses son los empleadores más importantes del país. Y más aún con más de 2.5 millones de salvadoreños viviendo en los Estados Unidos, ese vínculo personal y económico es fuerte, con remesas que representan el 24% del producto interno bruto de El Salvador en 2020, el más alto del hemisferio occidental. Siendo el más alto del continente. Incluso y especialmente durante la pandemia.
Sin duda, tenemos una relación única, como ninguna otra. Y cuando trabajamos juntos no hay límites a las posibilidades.
Una vez más, es un enorme privilegio estar de regreso en El Salvador. Con el apoyo directo de la Casa Blanca, el Departamento de Estado y el apoyo bipartidista del congreso, y como es mi costumbre, tienen mi pleno compromiso de hacer todo lo posible para fortalecer la relación y asociación entre Estados Unidos y El Salvador.
Gracias.