Para conformar los grupos que participarían en el Mundial de Francia – 1938, el sorteo efectuado por la FIFA tuvo un invitado especial: el niño Yves Rimet, nieto del presidente del organismo rector del fútbol. El pequeño se encargó de “extraer las bolitas” en las que estaban los números de los países clasificados.
Al Mundial de Francia – 1938 solo asistieron 2 países americanos, siendo estos Cuba y Brasil; pues Argentina y Uruguay se negaron a participar en protesta por repetir el torneo en continente europeo, encabezando además un boicot al que se unieron Colombia, Costa Rica, Guyana Holandesa, México y… El Salvador. Nuestro país tenía apenas 2 años de haberse adscrito a la FIFA, recién en 1936.
El brasileño Leónidas Da Silva fue el máximo anotador en el Mundial de Francia, hizo 7 goles y en un solo partido (frente a Polonia) convirtió 4 y uno de esos tantos lo consiguió sin tener puesto su botín, que se le enterró en el barro segundos antes de soltar el disparo que terminó en la red. Leónidas, apodado “El Diamante Negro”, fue considerado siempre el antecesor del “Rey” Pelé.
En semifinales, Italia venció a Brasil 2 x 1; siendo Giuseppe Meazza el anotador del 2º gol “azzurri” por la vía penal a los 60 minutos (15 del segundo tiempo). Al momento del cobro, a Meazza se le bajó la pantaloneta, lo que no inmutó al ejecutor ni impidió que consiguiera el tanto.
La prensa italiana reseñó el triunfo en los siguientes términos: “Victoria de la inteligencia itálica sobre la fuerza bruta de los negros”.