El periodista australiano puede aún recurrir a otras instancias, pero se empiezan a acabar sus opciones. Estados Unidos quiere juzgarlo por varios cargos, entre ellos espionaje.
El Tribunal Supremo de Reino Unido, máxima instancia judicial, desestimó este lunes (14.03.2022) un recurso del fundador de WikiLeaks, Julian Assange (50), de apelar contra una decisión que permite extraditarlo a Estados Unidos para enfrentar cargos de espionaje.
«La solicitud fue denegada por el Tribunal Supremo debido a que la aplicación no planteó un argumento válido discutible desde el punto de vista legal», dijo un portavoz de la Corte.
En diciembre, la Corte Suprema en Londres había anulado una sentencia de un tribunal menor que indicaba que Assange no debía ser extraditado debido a los problemas de salud mental que este sufre, lo que pondría en riesgo su vida ante la eventualidad de que cometa suicidio.
La decisión del Tribunal Supremo parece agotar las vías legales de Assange en Reino Unido para evitar un juicio en Estados Unidos, donde podría enfrentar una serie de cargos, al menos 18, relacionados con la publicación hace una década en WikiLeaks de documentos clasificados. Entre estos había registros militares y cables diplomáticos estadounidenses confidenciales cuya difusión, según las autoridades de EE.UU., puso vidas en peligro.
Partidarios y abogados de Assange argumentan que el periodista actuó como tal al divulgar los cables, y que por lo tanto está protegido en Estados Unidos por la Primera Enmienda, que salvaguarda la libertad de expresión.
Assange se encuentra recluido en una prisión de alta seguridad en Belmarsh, Londres, desde 2019, cuando fue arrestado tras dejar la embajada de Ecuador, donde estuvo siete años buscando evitar la extradición a Suecia, donde era acusado de violación y agresión sexual.
WikiLeaks indicó a través de su cuenta en Twitter que el caso quedará en manos de la ministra del Interior británica, Priti Patel, quien debe autorizar la entrega. Sin embargo, se espera que la defensa recurra otras partes del proceso, lo que podría ralentizarlo. Otra alternativa que podría tener en el horizonte el periodista australiano es llevar su caso ante la Corte Europea de Derechos Humanos.
mn (ap, afp, efe, reuters)
Fuene/DW