Son cientos de santanecos los que se dan cita a visitar los diferentes cementerios del país, como muestra de recuerdo y cariño hacia los seres queridos que partieron de este mundo y gozan de la compañía del creador.
La Conmemoración a los Fieles Difuntos, popularmente llamada Día de los Muertos o Día de los Difuntos, es una celebración que tiene lugar el día 2 de noviembre complementando al Día de todos los Santos, cuyo objetivo es orar por aquellos fieles que han acabado su vida terrenal y, especialmente, por aquellos que se encuentran aún en estado de purificación en el Purgatorio.
“Es una buena ocasión para reunirse con la familia”, expresó Evelyn Torrento, quien reside en Estados Unidos desde hace diez años y vino precisamente a dejarle flores a sus familiares que partieron a la vida eterna.
Doña María Elene Chachagua, tiene más de 20 años de acercarse este día a visitar a sus familiares y decorar sus tumbas como muestra de respeto y cariño. «Es una tradición que debemos mantener a través de las nuevas generaciones, es por eso la importancia de asistir en familia», comentó.
Esta es una época donde el comercio incrementa y es una oportunidad para degustar platillos típicos como fiambre, empanadas fritas, tamales de cambray, asimismo, para saborear el delicioso camote en dulce, hojuelas, manzanilla en almíbar, entre otros muchos más.
El Día de los Difuntos es una celebración que se vive con mucho fervor en todo El Salvador; en este día se acostumbra ir al cementerio a orar y llevar flores a las tumbas de los seres queridos que ya han fallecido y colocar coronas elaboradas con flores naturales o de papel o de ciprés.
Esta tradición se mantiene con el pasar de los años, es una pequeña muestra de que aunque algunas personas no tengan vida, se les puede seguir teniendo cariño y recordando con el pasar de los años; las flores son una pequeña muestra de esos sentimientos que embargan a cada uno de los visitantes a los diferentes cementerios.
