Panorámica de contenedores en el puerto de Shangái.
La política de «cero COVID» de China provoca falta de materias primas en las empresas alemanas. Y las violaciones de derechos humanos en el país asiático podrían empeorar la situación.
El problema de la falta de material y repuestos se agudizará en las próximas semanas para las empresas alemanas. Los economistas estiman que los rigurosos cierres que han tenido lugar en China se dejarán sentir con algún retraso en Alemania.
«Suponemos que la situación se recrudecerá en los próximos días y semanas, porque hasta ahora han ido llegando barcos que abandonaron el puerto de Shanghái antes del cierre», dijo al respecto Bertram Brossardt, director de negocios de la Asociación bávara de Economía.
«Las verdaderas consecuencias del cierre las sentiremos aquí dentro de algún tiempo, pero serán muy drásticas», agregó. Muchas empresas ya están padeciendo problemas de abastecimiento de materias primas y productos intermedios.
Luego de la presión sufrida por las cadenas de abastecimiento en todo el globo durante la pandemia, los problemas se agudizaron debido a la guerra en Ucrania. La estrategia china de «cero COVID», con el cierre de metrópolis como Shanghái, es un grave problema que se ha sumado, porque allí está uno de los puertos comerciales más importantes del mundo.
Problemas que perduran
El puerto de Shanghái es, con diferencia, el más importante para la navegación alemana de contenedores. Según expertos, su volumen de exportación ha retrocedido alrededor del 40 por ciento, como consecuencia del cierre de la ciudad. Y las cifras del Instituto de Economía mundial de Kiel (IfW por sus siglas en alemán) y del puerto de Rotterdam lo confirman: bastantes menos barcosnavegan ya desde China en dirección oeste.
La firma londinense de asesoría de navegación Drewry estima que, solo en abril de 2022, hubo 260.000 contenedores del puerto de Shangái que no fueron cargados y que estaban destinados a la exportación.
«Habrá falta de materias primas hasta finales de año, porque China seguirá aferrada a su política anti COVID», pronostica, por su parte, Jörg Krämer, economista jefe del banco Commerzbank.
La distancia geográfica es la responsable de que las consecuencias del cierre en China se perciban con retraso en Alemania. Un trayecto en barco desde China hasta Alemania dura entre 30 y 40 días. Este tiempo se alarga a veces hasta 80 días, porque las naves, en momentos de normalidad, no se detienen en un solo puerto.
Según datos de la empresa Alphaliner, las restricciones debidas al coronavirus provocarán que los trayectos se alarguen en promedio hasta los 100 días.
¿Sanciones contra China por los campos de internamiento?
Cada vez hay más voces pidiendo sanciones contra China, sobre todo tras las recientes revelaciones conocidas como ‘Los archivos policiales de Xinjiang’, que prueban violaciones de los derechos humanos contra los uigures.
El eurodiputado verde Reinhard Bütikofer pidió, en la emisora Deutschlandfunk, reducir sustancialmente los intereses económicos en China. Según él, hay que actuar contra altos funcionarios chinos, los que dan, por ejemplo, las órdenes de disparar. Para Bütikofer, las empresas alemanas y europeas deben independizarse de China.
Por su parte, el presidente de la Asociación Federal alemana de Industria, Siefried Russwurm, opina precisamente lo contrario: «Las consecuencias serían, naturalmente, dramáticas. Quien hable a la ligera de independizarse del mercado chino debe saber cuán grande y fuerte es este mercado y esta potencia económica. Las consecuencias económicas serían grandes y se traducirían en un creciente desempleo en Alemania».
China es el más importante socio comercial de Alemania. Aunque la industria del automóvil no es la única, este sector es especialmente dependiente de China. Automotrices como BMW, Mercedes y Volkswagen hacen alrededor de un volumen del 40 por ciento de su negocio en el país asiático.
«Y China también define los avances tecnológicos en la industria automotriz», asegura a DW el experto en autos Ferdinand Dudenhöffer. «En China, están muy avanzados en conducción autónoma y en el terreno del software, lo que es muy importante para los vehículos del mañana», dice Dudenhöffer y concluye: «Sin China seríamos más débiles en este campo».
Fuente/DW