Imagen referencial / Crédito: Unsplash
El Arzobispo de Dublín (Irlanda), Mons. Dermot Farrell, instó a los católicos a ayudar a abordar la “catástrofe climática” en una carta pastoral de 64 páginas.
En su primera carta pastoral desde que se instaló como Arzobispo de Dublín en febrero, Mons. Farrell animó a su rebaño a experimentar una “conversión ecológica”.
“El propósito de esta carta pastoral es iniciar una conversación diocesana sobre cómo todos pueden contribuir al cuidado de nuestra casa común y reconocer las múltiples dimensiones adjuntas a este desafío”, escribió.
“Estamos en un momento crítico como comunidad global y por eso deseo alentar a todas las personas de fe a embarcarse en este viaje para vivir nuestro llamado a proteger y cuidar el jardín del mundo, continuó”.
El arzobispo de 66 años publicó la carta en la víspera de la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación, una “celebración anual de oración y acción por nuestra casa común” que va del 1 de septiembre al 4 de octubre. Además, invitó a las parroquias de la Arquidiócesis de Dublín a ser parte del evento.
“Esta carta pastoral, que he titulado ‘El grito de la tierra, el grito de los pobres’, aborda la catástrofe climática desde la perspectiva de la fe”, explicó Mons. Farrell en un comunicado del 30 de agosto.
“Eso no quiere decir que excluya los conocimientos y la contribución de las ciencias naturales. Por el contrario, la fe sana incorpora lo que Dios dice a través de la creación. La fe y la ciencia no son oponentes; en una visión verdaderamente cristiana, la fe y la razón –fides et ratio– van de la mano. Dios se revela a sí mismo a través del mundo. Ese es el corazón de nuestra fe católica”, comentó.
Luego, continuó: “Los científicos han emitido un ‘código rojo’ no solo para el medio ambiente, sino para la humanidad misma. Dios ahora nos llama, individual y colectivamente, a trabajar por el bien del planeta y el bien de todos. No nos engañemos: no puede haber una respuesta duradera al clamor de la tierra sin responder a la necesidad de justicia y dignidad”.
La carta pastoral incluye un apéndice con poesía del jesuita inglés Gerard Manley Hopkins, que pasó sus últimos años en Dublín, y del literato T.S. Eliot.
El Papa Francisco nombró a Mons. Farrell como Arzobispo de Dublín el 29 de diciembre de 2020, sucediendo al Arzobispo Diarmuid Martin, quien había dirigido la arquidiócesis desde 2004.
Mons. Farrell tiene un doctorado en Teología de la Pontificia Universidad Gregoriana. Después de sus estudios en Roma, enseñó teología moral en St. Patrick’s College, Maynooth, donde se desempeñó como presidente de 1996 a 2007.
Fue nombrado Obispo de Ossory, en el este de Irlanda, en 2018.
Mons. Farrell ahora preside una arquidiócesis con más de 1.1 millones de católicos, en un área de Irlanda con raíces católicas que se remontan al siglo V.
En su carta pastoral, el Arzobispo instó a las parroquias de la Arquidiócesis de Dublín a firmar la petición “Planeta saludable, gente saludable”, respaldada por la Santa Sede.
La petición, dirigida a la Conferencia Climática de la ONU (COP26) en Glasgow, Escocia, en noviembre, pide un acuerdo que limite el calentamiento a 1.5 grados Celsius (2.7 Fahrenheit).
Mons. Farrell también invitó a los católicos a participar en el Premio Laudato Sì, una iniciativa arquidiocesana inspirada en la encíclica del Papa Francisco de 2015.
“Este premio de 5.000 euros [alrededor de 5.900 dólares] se otorgará a la nueva iniciativa que marca la mayor diferencia práctica en nuestra respuesta a la crisis climática y en nuestra aceptación del camino de la justicia”, explicó el Arzobispo.
La carta pastoral será distribuida por la editorial Veritas con sede en Dublín de modo online y a través de sus librerías en Irlanda. También está disponible en el sitio web de la Arquidiócesis de Dublín.
En su comunicado del 30 de agosto, Mons. Farrell reconoció que su carta pastoral era un “documento largo”, pero argumentó que la crisis climática era tan grave que exigía una reflexión “extensa”.
“Con demasiada frecuencia, la ‘religión’ aparece como si no fuera más que una falla intelectual de los nervios. Sin embargo, la verdadera religión no es una huida del mundo: la fe viva proporciona un marco para que las personas tomen decisiones y actúen”, dijo.
Añadió que “como Iglesia y como sociedad, necesitamos reflexionar con mayor profundidad, urgencia y seriedad sobre lo que debemos hacer. Esta pastoral extensa está al servicio de esa reflexión más profunda”.
“Si no es por su propio bien, entonces por el bien de sus hijos y por los niños del mundo, considere dedicar algo de tiempo a los problemas que se plantean en sus páginas”, concluyó.
Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en CNA.
Fuente ACI Prensa