El país fue el punto de encuentro para que esta semana asambleístas y parlamentarios de países como Ecuador, República Dominicana, Costa Rica y El Salvador compartieran experiencias en el Foro Legislativo: “Buenas prácticas en América Latina y El Caribe para prevenir y eliminar el matrimonio infantil y las uniones tempranas”.
Hablar del matrimonio infantil y de las uniones a temprana edad es hablar de situaciones de exclusión de oportunidades y de violación de derechos.
El matrimonio infantil, también denominado matrimonio a edad temprana, es cualquier matrimonio en el que al menos uno de los contrayentes sea menor de 18 años. La inmensa mayoría de los matrimonios infantiles, tanto de derecho como de hecho, afectan a las niñas, aunque a veces sus cónyuges también son menores de 18 años
La comisión tiene dos expedientes para reformar el Código de Familia, específicamente en sus artículos 11 y 14; un inciso de este último artículo, indica que “los menores de dieciocho años podrán casarse si siendo púberes, tuvieren ya un hijo en común, o si la mujer estuviere embarazada”, y esto es lo que se busca modificar.
El encuentro permitió intercambiar experiencias en torno al diseño de estrategias no solo relacionadas a la prohibición del matrimonio infantil sino también para desencadenar dentro de las sociedades un cambio de pensamiento para abordar este tipo de problemáticas que afectan a la niñez y adolescencia.
Para UNICEF, “el matrimonio infantil viola los derechos humanos independientemente de si la persona involucrada es un niño o una niña, pero sin duda se trata de la forma más generalizada de abuso sexual y explotación de las niñas”.